Las autoridades mexicanas se anotaron un triunfo al abatir a Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los capos del poderoso cártel de Sinaloa, y a su posible sucesor, en una acción celebrada por Estados Unidos, que al mismo tiempo debió cerrar un consulado por una “amenaza”.

Soldado mexicano | tribunalatina.com

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La secretaría (ministerio) de Defensa mexicana informó que Coronel murió al enfrentarse el jueves a los militares que cercaron las dos viviendas donde se escondía en Guadalajara (oeste), segunda ciudad mexicana, en un operativo apoyado por helicópteros.

Coronel manejaba una amplia red de tráfico de cocaína y metanfetaminas en la costa del Pacífico y era, según los militares, uno de los tres capos del cártel de Sinaloa, junto con el prófugo Joaquín “El Chapo” Guzmán e Israel “El Mayo” Zambada.

Su muerte es el mayor golpe este año contra el narcotráfico y el más duro contra el poderoso cartel de Sinaloa durante el gobierno del presidente Felipe Calderón, que asumió en 2006 anunciando una estrategia de guerra contra los cárteles, contra los cuales ha desplegado 50.000 militares.

En el marco de la misma operación, las tropas ubicaron y abatieron al sobrino de “Nacho” Coronel, Mario Carrasco Coronel “El gallo”.

“De acuerdo al lugar que ocupaba en la estructura de la organización delictiva, Carrasco Coronel ‘El gallo’ era uno de los posibles sucesores” de “Nacho” Coronel, indicó la secretaría.

Sin embargo, los expertos señalan que estos éxitos del gobierno mexicano no necesariamente apaciguarán la violencia de los narcotraficantes, que se ha cobrado 25.000 muertes durante el gobierno de Calderón.

El embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, felicitó al gobierno y los militares por la operación que dijo “demuestra la determinación y capacidad de México para debilitar las redes criminales de los cárteles”.

Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares por la captura de Coronel, de 56 años, también conocido como “El Ingeniero” y requerido por una corte de Texas por tráfico de cocaína.

Pero casi al mismo tiempo, el Departamento de Estado en Washington confirmó el cierre indefinido desde este viernes de su consulado en la fronteriza Ciudad Juárez, vecina de El Paso (Texas), debido a “una amenaza” que no especificó.

“Hay una información que recibimos sobre una amenaza y la estamos evaluando. Es difícil saber si la amenaza es en el área donde está el consulado o si es más específicamente contra el consulado”, señaló Philip Crowley, portavoz del Departamento de Estado.

Ciudad Juárez de 1,3 millones de habitantes registró 2.660 muertes en 2009, en su mayoría atribuidos a la disputa que libran los carteles de Juárez y Sinaloa.

Otras organizaciones del narcotráfico como Los Zeta y el Cartel del Golfo también están envueltas en disputa por el control de territorios, que deja una estela de sangre especialmente en los estados fronterizos con Estados Unidos.

Los analistas son escépticos ante la posibilidad de que la muerte de Coronel disminuya la violencia y coinciden en que para lograrlo se debe atacar también las estructuras de poder financiero y político de los carteles.

“Que bueno que hay un capo menos, pero no creo que con la muerte de Coronel vaya a cambiar el trasiego de droga (…) la manera contemporánea de combatir a este tipo de mafias es desbaratar estructuras”, dijo a la W Radio el analista político Sabino Bastidas, profesor de la maestría de gobierno de la universidad católica Anahuac.

Un “capo muerto o detenido siempre es sustituido”, dijo a la AFP José Reveles, autor de varios libros sobre el narcotráfico en México y quien recordó que, como ocurre cada vez que muere un alto jefe narcotraficante, la “disputa entre los que quieran heredar su poder” podría desencadenar más violencia.