El movimiento islámico Hamas, que controla la franja de Gaza, prohibió este fin de semana a las mujeres fumar con pipa de agua en público, una decisión que llevó a muchos propietarios de cafés a poner fin a este pasatiempo popular por miedo a la policía.

“La policía prohibió a las mujeres fumar narguile en los espacios públicos, porque es contrario a nuestros usos y tradiciones y a las normas sociales”, declaró a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Ihab al Ghusein.

El consumo de narguile, una pipa de agua que contiene tabaco de distintos sabores, también conocida como sisha, es muy popular en el mundo árabe y constituye una de las actividades de ocio preferidas de los habitantes de la franja de Gaza.

La mayoría de los cines y de los bares de Gaza quedaron destruidos durante la segunda intifada (revuelta popular) de los años 2000 y el alcohol está estrictamente prohibido en el territorio.

Durante las vacaciones estivales (boreal), los habitantes de Gaza acuden en masa a las playas y abarrotan las cafeterías al aire libre que ofrecen bebidas sin alcohol y narguiles.

“Estamos obligados por la policía a no servir más narguiles”, contó Abu Ahmad, propietario de un café con vistas al mar.

“Estamos a favor de una prohibición en lo que respeta a los niños y a los jóvenes, pero las mujeres deberían al menos tener el derecho de fumar en el interior de una tienda de campaña”, añade Ahmad, refiriéndose a las zonas semiprivadas de los cafés al aire libre que suelen estar reservadas a las familias.

El dueño de un club náutico de la playa de Gaza, Nashat al Hamarna, ha anunciado que seguirá sirviendo pipas de agua, pero sólo a los hombres, y se ha hecho a la idea de que la restricción le hará perder un 30% de ganancias.

Incluso los hoteles más selectos de Gaza, donde se hospedan los diplomáticos, los cooperantes extranjeros y los periodistas, dejaron de servir pipas de agua.

Y eso que la prohibición sólo afecta a las mujeres y a los menores, asegura Hamas.

Pocas mujeres se atrevían, en una sociedad tan conservadora como la de Gaza, a fumar narguile en público, pero las que querían podían hacerlo en los restaurantes de los hoteles.

Por el momento los miembros de Hamas habían limitado las medidas para aplicar la charia o ley coránica en Gaza desde que se apoderaron por la fuerza del control del territorio en junio de 2007, aunque intentaron imponer la segregación de sexos en los espacios públicos.

Las autoridades de Gaza prohibieron recientemente a los hombres trabajar en peluquerías femeninas y a las mujeres conducir motos.

La policía suele interrogar regularmente a las parejas jóvenes para asegurarse de que están casados.

La prohibición de la sisha levantó una oleada de críticas entre la población, irritada por una nueva restricción que perjudica a los pocos comercios que aún funcionan en el territorio sometido a un bloqueo israelí desde hace más de cuatro años.

“Imponen sus decisiones sin preparar al pueblo y sin indemnizar a los propietarios de las cafeterías o restaurantes. Pedimos que nos respeten”, espetó Ayman Salih, un contable de 25 años.