Los casos de matonaje escolar han existido siempre. Sin embargo, ahora tienen un grado de violencia alarmante y pese a todo lo que se ha hablado en torno a este tema y la implementación de planes de contingencia, muchos padres no ven una solución para el hijo agredido y optan por cambiarlo de establecimiento.

Imagen: Babble.com

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El matonaje o acoso escolar conocido en la actualidad como “bullying”, hoy llama más la atención porque los actos de agresión viene acompañados de una violencia poco usual en los niños.

En los establecimientos educacionales hay un procedimiento regular que se sigue cuando un alumno es constantemente agredido por sus compañeros, pero en más de una ocasión los padres no ven una solución y optan por cambiar a su hijo de escuela.

Es el caso de la hija de Vicente Pinto, al poco tiempo de estar en el colegio Queen Elizabeth de Penco comenzó a experimentar cambios en su personalidad.

Ese es el primer síntoma al cual deben estar atentos los padres para evaluar un posible caso de matonaje escolar.

Y por lo general el procedimiento regular que siguen los padres es el siguiente:

1. Hablar con profesor jefe de alumno agredido
2. Hablar con rector o director del Colegio
3. Se inicia investigación si así se determina
4. Niños son derivados a una orientadora o psicóloga.
5. Si el padre no está conforme realiza reclamo en Seremi de Educación.
6. Algunos optan por cambiar al niño del colegio.

Y es que en la gran mayoría de los casos el proceso es lento, sobre todo si se realiza un reclamo en la Seremi de Educación porque la investigación toma tiempo en desarrollarse y por ello no hay resultados inmediatos para los padres.

En otro caso reciente y que dejó a la hermana de Víctor Ayala, de sólo 14 años, hospitalizada por una brutal golpiza en el liceo B-22 de Talcahuano, se alerta sobre las medidas que pueden tomar los establecimientos y si existe una normativa que exija un determinado proceder, ya que en muchos casos los colegios creen que no tienen responsabilidad.

Por otro lado, en Hualqui la comunidad se conmovió por el caso de una alumna de la Escuela los Libertadores que intentó suicidarse luego de recibir constantes agresiones por niñas de otro establecimiento.

En este caso se procedió poniendo a disposición de la niña agredida todo el personal profesional capacitado en esta materia.

Pero estos procedimientos a veces son insuficientes y los apoderados optan por sacar a sus hijos del colegio, como lo tuvo que hacer Vicente, pero ésta es una opción que no todos tienen.

En la escuela Domingo Santa María se ha invertido en profesionales y orientadores familiares para que este sea un tema primordial donde no sólo se trabaja con el niño agredido sino también con quien ejerce la agresión, según explicó la orientadora familiar, Magali Cerda.

Si los padres no están conformen con el proceder del colegio siempre esta la opción de hacer un reclamo a la Seremi de Educación.

Esto toma tiempo y no todos están dispuestos a esperar, viendo como sus hijos siguen sufriendo por no querer ir al colegio. Falta en esta materia una normativa efectiva y que no quede sólo al arbitrio del director del establecimiento educacional para que el niño se sienta seguro en la sala de clases, y deje de ser agredido.