Durante el último año, en Chile se han conocido públicamente al menos dos casos de nacimientos de trillizos, en forma espontánea, no obstante, no se trata de un hecho aislado, ya que la frecuencia de este tipo de embarazos prácticamente se ha quintuplicado en el mundo durante los últimos 20 años.

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Maximiliano, Gaspar y Santiago se llaman los pequeños trillizos que hace pocos días llegaron al mundo, en el Hospital San José.

El doctor Juan Andrés Poblete, especialista en medicina materno-fetal de la Pontificia Universidad Católica dijo que la incidencia de los embarazos triples en la población general oscila entre 1 en 6.000 a 8.000 casos.

“Es aceptado internacionalmente que la frecuencia de trillizos casi se ha quintuplicado en los últimos 20 años, y ello se explicado básicamente por el retraso en el inicio de la maternidad, por el uso de técnicas de fertilización asistida de alta complejidad y por el amplio y excesivo uso de inductores de ovulación”, expresó el facultativo.

Así, por ejemplo, las mujeres de más de 35 años tienen más posibilidades de gestar dos o tres bebés al mismo tiempo. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que aquellas que consumen píldoras anticonceptivas y luego dejan de tomarlas, tienen más probabilidades de producir dos o más óvulos en forma simultánea, al mes siguiente.

El antecedente de embarazo múltiple por línea materna es otro factor que aumenta la probabilidad de tener dos o más hijos al mismo tiempo.

El médico explicó que los embarazos múltiples espontáneos se producen esencialmente por dos mecanismos: “uno es que la paciente tenga una ovulación múltiple o bien, que se produzca una división precoz de un huevo fecundado, pudiendo dar origen a triples o cuádruples embriones”.

Estos embarazos se consideran de alto riesgo obstétrico, dada la mayor probabilidad de que uno o más de uno de los bebes muera. Muy relacionado con ello, está el mayor riesgo de que esos niños nazcan en forma prematura. También es más frecuente que aparezcan patologías obstétricas como la preeclampsia o la diabetes gestacional.

“Los embarazos de este tipo deben ser manejados por especialistas en medicina materno fetal, y en su control se hace gran hincapié en la prevención del parto prematuro y el manejo de patologías maternas como la anemia y el síndrome hipertensivo. Asimismo, se requiere un reposo estricto, para asegurar un crecimiento fetal satisfactorio”, concluyó el especialista.