Dos penas de presidio efectivo -que suman 15 años de cárcel- aplicó el Tribunal Oral de Temuco a un hombre que asesinó a su empleador con un cuchillo, luego de enojarse por considerar que la carne que le ofreció el hombre para un asado era poca.

Tras la audiencia de juicio oral, el juez Alejandro Vera Quilodrán, leyó la sentencia contra Carlos Segundo Sáez Bustos, de 40 años de edad, declarado culpable del homicidio de su empleador, Patricio Reveco Alvarez, de 48 años de edad, el 4 de octubre del año 2008 al interior del fundo Curileo de Vilcún.

Los hechos ocurrieron cuando se conmemoraba la festividad de San Francisco de Asís, oportunidad en que se instalan cruces en las sementeras de trigo, pidiendo por una buena cosecha.

El magistrado dio lectura resumida a la sentencia de once puntos, detallando en la parte resolutiva que se condena a Carlos Sáez Bustos a cumplir 11 años de presidio por el delito de homicidio del agricultor y posteriormente 4 años de cárcel por el homicidio frustrado de su compañero de labores en el citado fundo, Victor Alejandro Valdés Meza, de 27 años de edad.

Raúl Reveco, padre del agricultor fallecido, tras asistir a la audiencia, visiblemente afectado anticipó que recurrirán con acciones legales para lograr presidio perpetuo para el autor de la muerte de su hijo. Insistió que se trató de un homicidio calificado, lo que no fue considerado por los jueces.

Patricio Reveco Alvarez falleció el 6 de octubre del 2008 en la Clínica Alemana de Temuco, víctima de las graves lesiones que le ocasionó Sáez Bustos, molesto por la poca comida destinada a la celebración mencionada. Se registró una riña en la que el trabajador las emprendió con un arma cortopunzante en contra de su empleador, dejando además herido a uno de sus compañeros de labor.

Carlos Segundo Sáez Bustos, que se desempeñaba como tractorista del predio habría precisado que el año anterior cuando eran 15 trabajadores, los dueños del fundo habían matado 2 corderos y este año con cerca de 25 comensales, pero sólo se había sacrificado un ejemplar lo que desencadenó la insólita reacción.