Un adolescente mexicano de 14 años murió el lunes en la fronteriza Ciudad Juárez, baleado por un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos desde territorio estadounidense, en una reacción que México condenó por “desproporcionada” y pidió investigar.

El presidente mexicano Felipe Calderón dijo que la muerte, la segunda de un mexicano en un paso fronterizo en una semana, merece “la más enérgica condena” y reiteró “su rechazo al uso de la fuerza desproporcionada por parte de autoridades migratorias de Estados Unidos en la frontera”, en un comunicado emitido el martes.

Calderón adelantó que pedirá a Washington investigar “a fondo lo sucedido y castigar a los responsables”.

Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano lamentó la muerte del joven y argumentó que el agente abrió fuego después de su patrulla, que iba en bicicleta, fuera agredida a pedradas en un puente que une a El Paso (Texas) con Ciudad Juárez.

Sin embargo, la cancillería mexicana señaló en otro comunicado de condena que los casos de mexicanos muertos o heridos por el uso de la fuerza de las autoridades migratorias estadounidenses “se han incrementado, al pasar de cinco en 2008, a 12 en 2009, y a 17 en lo que va del presente año”.

La muerte del adolescente llega una semana después de la de otro mexicano, de 42 años, a causa de una severa paliza propinada por agentes de la Patrulla Fronteriza en San Diego (suroeste de Estados Unidos).

Además, en las últimas semanas autoridades y parte de la opinión pública mexicana ha expresado numerosas condenas a una ley migratoria aprobada en abril en el fronterizo estado de Arizona, a la que consideran “racista” porque obliga a la Policía a exigir documentos ante “dudas razonables” de que pueda ser un extranjero, aunque no sea sospechoso de ninguna actividad ilegal.

En el caso del adolescente, sus padres denunciaron que fue asesinado en territorio mexicano y aseguraron que no tenía ninguna intención de cruzar ilegalmente a Estados Unidos, como intentan anualmente cerca de medio millón de personas, según estimaciones oficiales.

El joven acudió al puente para comer con un hermano que trabaja allí. Después “se fue a la orilla del río a asomarse a ver al otro lado. Habían muchos chavales y el de la ‘migra’ andaría drogado o no se qué. El caso es que empezó a tirar balazos y le dio dos en la cabeza al niño, a mi bebé”, relató el padre, Jesús Hernández, a la cadena W Radio.

“Quiero que se haga justicia, nada más”, afirmó Hernández, quien lamentó que ninguna autoridad mexicana se ha puesto en contacto con ellos.

El presunto autor de los disparos fue apartado de forma temporal de su cargo mientras el FBI investiga el incidente, declaró a la AFP vía telefónica Lou Patch, portavoz de la Patrulla Fronteriza en El Paso.

Ciudad Juárez atraviesa desde hace más de dos años una ola de crímenes atribuida a un enfrentamiento entre dos poderosos cárteles de la droga que la ha convertido en la localidad más violenta de México.