Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y China, Hu Jintao, acordaron el lunes trabajar juntos en la ONU para definir las sanciones a Irán por su programa nuclear, en lo que parece un gran avance impulsado por la distensión de las relaciones entre Washington y Pekín.

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“Los chinos comparten claramente nuestra preocupación sobre el programa nuclear iraní”, aseguró Jeff Bader, principal funcionario de Obama para Asia en el Consejo de Seguridad Nacional. “Están preparados para trabajar con nosotros”, agregó.

Obama y Hu mantuvieron un encuentro el lunes en Washington al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear que reúne a los gobernantes de 47 naciones en la capital estadounidense hasta el martes.

Si bien los detalles del acuerdo no se hicieron públicos, la cita bilateral fue a todas luces un acercamiento tras varios meses de roces diplomáticos en torno a temas económicos, los derechos humanos en Tíbet y la política con respecto a Taiwán, que Pekín considera una provincia rebelde.

Obama parece haber convencido a su homólogo Hu de unirse a las naciones que coinciden en la necesidad de endurecer las sanciones de las Naciones Unidas contra Teherán, sospechoso de pretender dotarse de la bomba atómica con su programa de enriquecimiento de uranio que asegura tiene fines pacíficos.

“Los dos presidentes acordaron que las dos delegaciones trabajen juntas en torno a las sanciones” en la ONU, dijo Bader.

Por su lado, Hu Jintao defendió la necesidad de mantener el diálogo con Irán para lograr resolver el diferendo.

“China espera que las partes continúen con sus esfuerzos diplomáticos y busquen formas efectivas para resolver el asunto nuclear de Irán por medio del diálogo y las negociaciones”, declaró el portavoz de la delegación china, Ma Zhaoxu, al término de la reunión bilateral.

No obstante, “China y Estados Unidos comparten la misma meta general sobre el tema nuclear de Irán”, puntualizó Ma.

Aunque los funcionarios estadounidenses se mostraron cuidadosos en extremo con sus declaraciones para evitar presiones públicas por la política cambiaria de Pekín, Bader admitió que el tema fue abordado en la reunión.

“Para lograr una recuperación (económica) internacional sostenida y equilibrada, es importante que China se dirija hacia una tasa de cambio más respetuosa del mercado”, enfatizó Obama citado por su asesor en un encuentro con periodistas.

De su lado, el portavoz de la delegación china describió las conversaciones de Obama y Hu como “francas” y “cordiales”.

“Fue un encuentro positivo y constructivo”, aseguró Ma.

No tan cordial era el clima fuera del centro de convenciones que aloja la cumbre sobre seguridad nuclear, donde a los cánticos de multitud de tibetanos se unió la silenciosa manifestación de decenas de practicantes de Falung Gong.

“Los líderes mundiales deberían tener cuidado con lo que dice Hu Jintao. Hay muchas cosas de él que nosotros y los líderes mundiales no vemos”, dijo a la AFP el manifestante Migmar Wanggi.

“¡Tíbet libre! ¡Despierta, despierta, Estados Unidos! ¡Despierta, Obama!”, coreaban los tibetanos con las banderas color amarillo, rojo, azul y blanco de su país, anexionado por China en 1951.