Inmediatas repercusiones generaron en nuestro país las disculpas de la congregación de los “Legionarios de Cristo”, tras reconocer que su fundador, Marcial Maciel Degollado, abusó sexualmente de seminaristas y tuvo hijos no reconocidos.
Estas reacciones surgieron en base al comunicado emitido por los Legionarios de Cristo, en que aseguraron que habían “pensado y esperado” que las acusaciones presentadas en contra de Maciel fueran falsas o infundadas, hecho por el que ya no lo pueden mirar como un modelo de vida cristiana.
En el mismo documento, la congregación dice condenar los actos “contrarios al deber cristiano, religioso y sacerdotal de la vida del Padre Maciel y afirmamos que no corresponden a lo que nos esforzamos con vivir en la Legión”.
Dichas acusaciones se presentaron en 1998, pero sólo en 2006 el Vaticano sancionó al religioso acusado por abuso sexual contra seminaristas y de tener hijos con mujeres distintas.
Al respecto, John O’reilly, sacerdote de los Legionarios de Cristo y asesor espiritual del Colegio Cumbres, hizo una dura autocrítica por el silencio que se guardó por parte de los altos cargos.
En tanto, el monseñor Ricardo Ezzati, obispo de Concepción, aseguró que no será fácil ni rápido sanar las heridas causadas por su propio fundador.
Para Andrea Insunza, coautora del libro “Legionarios de Cristo en Chile: Dios, dinero y poder”, esta repentina disculpa pública por parte de los religiosos, se fundaría en la búsqueda de una sanción menor por parte del Vaticano.
Tras las denuncias de abusos, el Vaticano ordenó que cinco visitadores efectuarán un informe sobre estos hechos, el cual está próximo a entregar sus conclusiones finales, para posteriormente dictar las sanciones en contra de esta congregación.
Cabe recordar que Legionarios de Cristo, fue fundada por Marcial Maciel en la ciudad de México en 1941, y es una de las de mayor crecimiento en la Iglesia Católica, con más de 600 sacerdotes y 2.500 seminaristas en 20 países de América del Norte, América del Sur, Europa y Australia.