La canciller alemana Angela Merkel impuso sus condiciones en el plan de ayuda a Grecia aprobado por los países de la Eurozona, obligando al presidente francés Nicolas Sarkozy a ceder y dejando al jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en un rol secundario a pesar de que su país ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE).

Integrada por 16 países, la zona euro asistió finalmente una vez más en la primera jornada de la cumbre de la UE a un acuerdo previo de sus dos grandes potencias, Alemania y Francia, que el resto terminó ratificando casi sin modificaciones, a excepción de la cuestión del “gobierno económico de la UE”.

Pero incluso dentro de esta lógica de liderazgo del tradicional motor franco-alemán de la construcción europea, también ha habido una parte que se ha salido con la suya y otra que ha intentado limitar las pérdidas.