El personal de cabina de British Airways irá a la huelga durante siete días, divididos en dos etapas, a finales de marzo, anunció el viernes en Londres el sindicato que lo representa tras el fracaso esta semana de las negociaciones con la dirección de la compañía británica.
Unite dijo que convocó la huelga del 20 al 22 de marzo, y luego del 27 al 30, pero amenazó con nuevos paros en abril si no se resuelve la disputa que dura ya un año sobre recortes de puestos de trabajo y otras medidas de ahorro impuestas por la dirección de British en esta época de crisis.
“No habrá huelga en el periodo de Pascua, como ya prometimos, pero podemos convocar nuevas acciones después del 14 de abril si la disputa no se ha resuelto”, declaró un dirigente sindical, Len McCluskey.
El sindicato británico precisó que entre tanto someterá a la votación de sus 12.000 miembros la última propuesta de British Airways presentada el jueves, al día siguiente de la ruptura de las negociaciones, lo que permite esperar todavía que la huelga pueda evitarse en el último momento.
El resultado de esta votación debería conocerse a mediados de la próxima semana.
“No podemos recomendar esta oferta y por consiguiente también hemos fijado fechas de huelga de acuerdo con el mandato que el sindicato obtuvo de manera abrumadora de sus miembros en dos ocasiones”, agregó McCluskey en un comunicado.
British Airways, que quiere reducir a todo precio sus costes, se declaró “sumamente decepcionada” por el anuncio de la huelga que provocará “trastornos masivos a cientos de miles de clientes al acercarse las fiestas de Pascua”.
“La acción de Unite no tiene ni pizca de justificación”, agregó la compañía, calificando su propuesta de “razonable y justa”.
El sindicato protesta desde hace un año por varios cambios contractuales que incluyen una reducción del número de tripulantes de cabina por vuelo, un congelamiento de los salarios y condiciones de trabajo diferentes para los nuevos contratados.
El primer ministro británico, Gordon Brown, llamó a las dos partes a “trabajar juntas para evitar estas huelgas”, recordándoles durante una rueda de prensa en Downing Street los “peligros y riesgos” que implicarán para la maltrecha economía británica.
El personal de cabina de British Airways aprobó masivamente (80,7%) la convocatoria de una huelga en una votación organizada en febrero, y tenía plazo hasta el próximo lunes para anunciar sus fechas.
Esta votación se organizó después de que la justicia británica anulara en diciembre una primera consulta del personal (92,49% a favor), obligando al sindicato a renunciar in extremis a un paro laboral de 12 días durante las vacaciones navideñas y de fin de año.
British Airways anunció la semana pasada que esta vez tenía un plan de emergencia previsto en caso de huelga que incluirá la movilización de un millar de voluntarios y el alquiler de 23 aviones con sus tripulaciones respectivas a compañías chárter.
La compañía británica se encuentra actualmente inmersa en un proceso de fusión con la española Iberia que creará el tercer grupo aéreo europeo y debería permitir reducir costes a ambas compañías tras las cuantiosas pérdidas registradas debido a la crisis económica mundial.