La Contraloría detectó serias ineficiencias de la Dirección Regional de Obras Hidráulicas para fiscalizar el negocio de la extracción de las areneras.
La fiscalización correspondió a 15 permisos de extracción de arenas de distintos ríos de la Región del Bío-Bío, en las comunas de Chillán, Quillón y San Pedro de la Paz, escogidas como muestra.
La primera irregularidad radica en que del total de estas autorizaciones, la Dirección de Obras Hidráulicas, sólo tenía en su registro 4 de los permisos municipales, sin mayores antecedentes técnicos de las aprobaciones entregadas a las empresas.
Además, en ninguno de los casos se fiscalizó si la extracción de arenas se realizaba acorde a la ley y a las normativas municipales, según las autoridades del servicio por la falta de personal, pese a que son el organismo -dice Contraloría- con los conocimientos técnicos para realizar estas fiscalizaciones.
La gravedad de esto radica en que no hay ningún control sobre las empresas que extraen arenas y que puedan sobrepasar la cantidad autorizada por sus permisos, es decir, que no supere los 100.000 metros cúbicos. De acuerdo a ley, si se supera esta cifra debe pasar el caso de forma inmediata a una evaluación de impacto ambiental.
En cuanto a los municipios en Chillán se detectó a empresas areneras que trabajan sin permisos de Obras Hidráulicas, mientras en Quillón no hay controles y en San Pedro de la Paz no hay concordancia en cuanto a las cantidades extraídas por la empresa Ingemac, con el registro que lleva la Dirección de Obras Hidráulicas.
Todas estas observaciones -asegura la Contraloría Regional- deben ser remediadas, a la espera de una futura fiscalización del órgano contralor.