Los actuales índices de obesidad están favoreciendo la aparición temprana de estrías en el abdomen y los muslos, y es común ver en las piscinas y playas a niños y adolescentes con sobrepeso que presentan estas características, advirtió la dermatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Perla Calderón.
Las estrías son una atrofia cutánea en forma de líneas sinuosas, de colores, blanquecino y violáceas. Se localizan preferentemente en la pared del vientre, caderas, nalgas, piernas, muslos, brazos, espalda y mamas. Se generan por una pérdida de la capacidad elástica de la piel al ser forzada al máximo su capacidad de distensión.
“Cuando recién se están produciendo, las estrías pican y son de color violáceo o rojo. Después es rosada y finalmente de color nacarado. Existe la posibilidad de disminuirlas especialmente en la etapa inicial. Pero, una vez que se instalan es muy difícil borrarlas”, expresó la doctora.
Por ello, recomendó estar atentos a los cambios repentinos de peso, porque con ello la piel se ve forzada a acomodarlo.
“Los cambios hormonales influyen. El caso más común es cuando las niñas alcanzan la pubertad y el busto y caderas se desarrollan. Otro factor que hay que considerar es la herencia”, dijo.
Una piel mal hidratada combinada con una alimentación no balanceada hace que ésta sea más propensa a desarrollar estrías. Igualmente el desarrollo rápido de músculos, como es el caso de los físicoculturistas, puede hacer que la piel sobre ellos deba distenderse rápidamente y generar estrías.
Aunque no hay una forma cien por ciento segura de prevenir las estrías hay varias recomendaciones que disminuyen el riesgo de desarrollarlas, expresó la doctora, agregando que hay que tener cuidados especiales durante el embarazo y periodos de crecimiento.
Entre las sugerencias están, evitar el aumento de peso sobre todo de forma repentina. Si la piel se estira paulatinamente hay menos posibilidad de desarrollar estrías.
Se recomienda la alimentación balanceada y completa, que contenga todos los grupos alimenticios, sobre todo vegetales ricos en vitaminas A, C y D, como las zanahorias y los cítricos.
La hidratación tiene que ser permanente, intentar beber mínimo dos litros diarios de agua, y durante el embarazo, usar un buen humectante en el área del vientre.