Veintiún países participarán el miércoles en Londres en una reunión destinada a respaldar a Yemen en su lucha contra la amenaza creciente de la red islamista Al Qaida tras el presunto intento de hacer estallar un avión con destino a Estados Unidos el día de Navidad.
Aunque sólo está previsto que dure dos horas, la reunión presidida por el ministro británico de Relaciones Exteriores David Miliband y en la que debería participar la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, abordará los graves problemas que acucian a este pauperizado país de Oriente Próximo, considerado un santuario para los grupos islamistas extremistas.
“Será un examen serio tanto de los temas de seguridad, como de las cuestiones económicas y políticas que enfrenta el país”, explicó Miliband la semana pasada en una declaración a la Cámara de los Comunes.
“Espero que también lleve a un compromiso internacional más cohesionado con Yemen”, agregó el secretario del Foreign Office.
Brown convocó esta reunión después de que el nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab, de 23 años, tratara de volar con explosivos en un avión de la compañía estadounidense Northwest Airlines que iba de Amsterdam a Detroit con 290 personas a bordo el 25 de diciembre.
La acción fue reivindicada por Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), un grupo establecido en Yemen que habría entrenado y equipado al nigeriano, y por el número uno de la red, Osama Bin Laden, en una grabación sonora.
Para el gobierno británico, este intento del AQPA, el primero fuera de las fronteras de Oriente Medio, marca el inicio de “una nueva fase”, aseguró Miliband el domingo.
En previsión de esta reunión, y de la importante conferencia internacional sobre Afganistán que tendrá lugar el jueves en Londres, Gran Bretaña elevó el nivel de alerta terrorista a “grave”, el segundo más alto en la escala de seguridad, lo que significa que un atentado es “altamente probable”.
La medida se sumó a la suspensión de los enlaces aéreos directos con Yemen anunciada sólo unos días antes por el primer ministro Gordon Brown “en espera de nuevas medidas de seguridad”.
“Yemen es al mismo tiempo una incubadora y un refugio potencial para el terrorismo y, junto con Somalia, es el más significativo después las áreas fronterizas de Pakistán-Afganistán”, declaró entonces Brown.
“Los afiliados y aliados de Al Qaida, expulsados de Afganistán y cada vez más presionados en Pakistán, están buscando explotar otras áreas con gobiernos débiles”, como Yemen, uno de los más pobres del mundo, agregó.
Los problemas económicos, agravados en el último año y medio por la caída de los precios del petróleo que representan el 70% de los ingresos del Estado, crearon un terreno propicio para el extremismo en ese país afectado por una rebelión armada chií en el norte y un intento de secesión en el sur.
Presionado por los occidentales, el gobierno yemenita intensificó desde diciembre su ofensiva contra los extremistas, reivindicando algunos éxitos, como la muerte del jefe militar del AQPA, Qasem Al Rimi, lo que la red islamista nacida en enero de 2009 desmintió.
Saná también suspendió la tramitación de visados de entrada en sus aeropuertos para evitar la entrada de posibles “terroristas” en el país.
El primer ministro yemení Alí Mujawar, que encabezará la delegación en Londres, defenderá estos logros con la esperanza de recabar un mayor apoyo de la comunidad internacional en esta reunión en la que también participarán sus vecinos y socios claves en la región, el Consejo de Cooperación del Golfo, las Naciones Unidas, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.