El gobierno haitiano declaró terminada este sábado la etapa de búsqueda de sobrevivientes del terremoto del 12 de enero, 11 días después del sismo que dejó al menos 111.500 muertos, mientras la población espera impaciente por ayuda y la banca privada reabre sus puertas.
“El gobierno declaró que la etapa de búsqueda y de rescate está terminada”, informó este sábado en Ginebra la Organización para la coordinación de los asuntos humanitarios (OCHA). Las autoridades se centran ahora en la distribución de la ayuda a los cientos de miles de damnificados.
Mientras se acelera la distribución de ayuda humanitaria, los haitianos empiezan a salir de la urgencia para llorar a sus muertos o enterrarlos.
Este sábado se celebraron los funerales multitudinarios del arzobispo de Puerto Príncipe, Monseñor Serge Joseph Miot, hallado muerto en los escombros de su casa después del sismo.
Miles de fieles, responsables eclesiásticos y el presidente haitiano René Préval asistieron a la ceremonia. Miot era una figura muy popular entre la comunidad católica.
Mientras tanto, los haitianos formaban largas colas ante las ventanillas de los bancos privados, cerrados desde el día del sismo.
El viernes las agencias de cambio habían sido tomadas por asalto por miles de personas que esperaban ansiosamente el envío de dinero de sus parientes en el extranjero, especialmente de Estados Unidos.
Más de 3 millones de haitianos viven fuera de su país, sobre todo en América del Norte, en República Dominicana, en las Antillas y en Francia, según había constatado un geógrafo haitiano que murió durante el sismo.
“Pusimos números de teléfono y direcciones en internet a disposición de los haitianos para que tengan noticias de sus familias, y estamos coordinando la ayuda proveniente de la diáspora”, dijo el ministro a cargo de haitianos en el extranjero, Edwin Paraison.
“¡Es increíble!, los haitianos están reanudando rápido su vida corriente”, exclamó un extranjero sorprendido por la actividad comercial que ya se registra en algunas calles de Puerto Príncipe.
Desde el viernes, el puerto de Puerto Príncipe se encuentra “parcialmente operativo” así como el 30% de las gasolineras. “La mayor parte de los supermercados abrirá la próxima semana”, precisó un portavoz para las operaciones de rescate de la ONU, Vincenzo Pugliese.
A pesar de la mejora de la situación, decenas de miles de personas se dirigían este sábado hacia las regiones que no fueron afectadas por el terremoto para escapar de la zona del desastre.
“Es evidente que esto es una ayuda”, dice sonriendo Ronald Jean Frite, de 25 años mientras sube a un autobús que lo llevará fuera de Puerto Príncipe. “Allí donde voy no hay nada para hacer, pero al menos podré comer. En la capital no hay más nada”.
“El número de los que abandonan Puerto Príncipe aumenta cada día”, sostuvo la ONU, indicando que más de 130.000 personas aprovecharon el ofrecimiento del gobierno de transporte gratuito hacia otras ciudades.
El gobierno haitiano prevé instalar en todo el país decenas de “pueblos” que puedan albergar cada uno a 10.000 refugiados.
Según una estimación de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO), el éxodo podría implicar hasta 1 millón de personas y convertirse en una carga adicional para las regiones rurales desfavorecidas que serán los lugares de destino.
El viernes, el gobierno haitiano cifró en 111.499 las víctimas fatales y en 193.891 los heridos. También indicó que hay 55.000 familias afectadas y 609.621 personas alojadas en los 500 campos instalados para refugiados.
El ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, se reunió este sábado con el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, en Puerto Príncipe y dijo a la prensa que “es muy importante que el pueblo de Haití sienta que su gobierno, el gobierno que eligió, es el que está conduciendo (la situación), con un apoyo de la comunidad internacional”.
Está previsto que el próximo lunes los “países amigos” de Haití -entre los cuales Estados Unidos, Francia y Brasil- se reúnan en Montreal para coordinar su ayuda y preparar una conferencia sobre la reconstrucción del país, prevista para marzo.
La reunión en la que participan la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y el jefe de la diplomacia francesa Bernard Kouchner permitirá de paso a Estados Unidos confirmar su papel central -ilustrado por un esfuerzo humano y financiero considerable- en la reacción de la comunidad internacional.