Un inmigrante resultó herido el sábado por la mañana por disparos de un fusil de caza a pocos kilómetros de Rosarno, en Calabria (sur de Italia), según la policía, que dio un nuevo balance de 67 heridos tras los enfrentamientos que estallaron desde el jueves por la noche.
Una investigación policial está en curso tras producirse el disparo, según la policía.
De los 67 heridos, 31 son extranjeros, 19 policías y 17 habitantes italianos de esta localidad, según la misma fuente. 6 personas, todas inmigrantes, siguen hospitalizadas. Las demás sufren contusiones o heridas leves.
Según un precedente balance, divulgado por los medios italianos, había 38 heridos (20 extranjeros y 18 policías).
Una verdadera cacería de inmigrantes se desató en Rosarno, localidad de 15.000 habitantes, donde se registraron desde el jueves protestas de migrantes africanos en respuesta a ataques de la población local.
Todo empezó el jueves en la noche, cuando unos desconocidos dispararon con armas de aire comprimido contra un grupo de inmigrantes, hiriendo levemente a varios de ellos, tras lo cual se iniciaron los disturbios.
En la mañana siguiente muchos comercios y escuelas permanecieron cerrados mientras unos 2.000 inmigrantes realizaron una sentada en el centro de la localidad que se saldó con decenas de vitrinas rotas y coches dañados.
Paralelamente, un grupo de habitantes ocupó la alcaldía para pedir la expulsión de los inmigrantes y un ciudadano disparó al aire desde la terraza de su residencia para dispersar a los manifestantes.
Los inmigrantes protestan por las condiciones inhumanas en las que viven y trabajan en esa zona, dominada por la mafia calabresa, mejor conocida como “Ndrangheta”.
Los extranjeros empezaron a dejar Rosarno. Tras la salida en autobús de unas 320 personas, la noche del viernes, otro cien inmigrantes dejaron la ciudad por sus propios medios, según la policía.
Se prevé que 300 inmigrantes más sean trasladados a centros de acogida en el sur de Italia durante la jornada del sábado, según la misma fuente.