El gobierno del presidente Evo Morales impulsará un proyecto de campesinos para comercializar la ‘Coca Colla’, una bebida gaseosa que debería hacerle la competencia a la Coca Cola y que hace parte de una estrategia para aumentar la extensión de cultivos de coca en Bolivia.
El proyecto fue presentado al gobierno la semana pasada por cultivadores de coca del Chapare, bastión electoral de Morales, como una alternativa más a la industrialización de la coca.
“Es una propuesta de los cocaleros que han presentado el proyecto, que incluye el posible envase y el nombre que sería Coca Colla, que se está evaluando”, informó a la AFP una fuente del Viceministerio de Coca y Desarrollo Integral, que requirió el anonimato.
El nombre de Coca Colla fue propuesto por los campesinos en alusión a los habitantes que viven en la parte andina del país y que reciben el apelativo de ‘collas’ en contraste con los que viven en tierras bajas, conocidos como ‘cambas’.
Dijo que el proyecto estaría en marcha en unos 4 meses e informó que se analiza si será un emprendimiento estatal o en sociedad con los cultivadores de coca. Según la fuente, la bebida sería también una cola negra y vendría con una etiqueta roja parecida al afamado envase de la Coca Cola.
La semana pasada el viceministro de Coca y Desarrollo Integral, Víctor Hugo Vásquez, informó a medios bolivianos que su despacho recibió la propuesta de la Coca Colla que, a su juicio, “le interesa al Estado en el marco de su política de industrialización de la coca”.
Recordó que existen otras iniciativas privadas para producir infusiones, harina para la fabricación de pasteles, pasta dental y licor de coca, entre otros.
El proyecto de la Coca Colla interesa mucho al gobierno, que quiere aumentar el número de hectáreas de hoja de coca.
A finales de 2009, el presidente Morales -quien es presidente de los sindicatos cocaleros de la central región de Chapare- informó que impulsará en la próxima legislatura una modificación a la ley para que pueda aumentarse a 20.000 el número de hectáreas legales de coca que se puede cultivar.
Actualmente la ley boliviana considera legales hasta 12.000 hectáreas -que se cultivan en la región andina de los Yungas- para usos tradicionales, como la infusión, masticación y rituales aymara-religiosos.
En la nueva Constitución, redactada por el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), la coca está consignada como “patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social. En su estado natural no es estupefaciente”.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, hasta 2008 existían 30.500 hectáreas de sembradíos (es decir 18.500 ilegales) y el potencial de producción de cocaína aumentó durante el último año en un 9%, ubicándose en 113 toneladas.
En 2008 el gobierno de Morales expulsó del país a la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y el propio mandatario señaló que buscaría a otros países como aliados en la lucha contra el narcotráfico.