El cantante argentino Sandro, fallecido el lunes, fue despedido por miles de fanáticos que desfilaron sin cesar frente a sus restos en una capilla ardiente instalada en el Congreso nacional.

Sandro

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Unas 50.000 personas desafiaron desde ayer el calor tórrido, luego la lluvia y finalmente una baja repentina de temperatura en Buenos Aires para despedir a su ídolo en medio de escenas de llanto, dolor y congoja.

Sandro falleció a los 64 años, tras múltiples complicaciones, a 45 días de haber sido sometido a un trasplante cardiopulmonar al que llegó con la salud muy deteriorada por su tabaquismo crónico y tras esperar durante meses los órganos.

Roberto Sánchez -su verdadero nombre- cautivó a varias generaciones en sus 40 años de trayectoria artística, que inició emulando a Elvis Presley, aunque luego viró a la música romántica, imagen con la que trascendió en América Latina.

El velatorio, que estaba previsto concluyera en la noche, debió prorrogarse debido a la afluencia de gente, que llegó a formar una fila de 1.300 metros frente al Congreso.

El cortejo fúnebre partirá del Congreso esta tarde y pasará por su domicilio de la localidad de Banfield, en la periferia sur de Buenos Aires, antes de ser llevado a un cementerio privado de una localidad vecina.