El papa Benedicto XVI pidió a la Iglesia y a las familias que no se fíen “de improbables pronósticos para 2010, ni siquiera de las previsiones económicas”, al rezar este domingo su segundo ángelus del año.

“Los problemas no faltan en la Iglesia y en el mundo, como tampoco en la vida cotidiana de las familias”, estimó el Papa, en alusión sobre todo a la crisis económica y las supresiones de empleo.

Antes del ángelus, llamó a los católicos a “no tener en cuenta improbables pronósticos ni siquiera sobre las previsiones económicas a pesar de su importancia”.

Los problemas deben enfrentarse con “la esperanza en Dios y no con un vago sentimiento religioso o un fanatismo disimulado bajo la máscara de la fe”, dijo.

El año “2010 será más o menos bueno en la medida en que cada uno, en función de sus responsabilidades, sepa colaborar con la gracia de Dios”, añadió Benedicto XVI.

Según el Papa, la fe “en Jesucristo es la gran esperanza que anima y a veces corrige nuestras esperanzas humanas”.

En sus homilías de este comienzo de 2010, el Sumo Pontífice recomendó un cambio de mentalidades para salvaguardar el medio ambiente, el respeto de la diversidad étnica y religiosa y la ayuda a las familias desempleadas. También llamó a los grupos armados a deponer las armas.