Las autoridades chinas detuvieron en la región noroccidental de Xinjiang a 94 “fugitivos” sospechosos de haber participado en julio en los sangrientos disturbios interétnicos de Urumqi, la capital regional, informó la agencia China Nueva.

Según esta fuente, las detenciones se produjeron durante una campaña contra el crimen emprendida en noviembre por la policía, en la que también se desmantelaron 66 bandas y se detuvo a 382 personas.

La policía, citada por China Nueva, afirma que esta campaña tenía por objetivo “consolidar la estabilidad y eliminar los riesgos de inseguridad”.

Por el momento, se desconoce la etnia de las personas detenidas.

Desde los disturbios de Urumqi, que causaron al menos 200 muertos, 17 personas fueron condenadas a muerte, de las que nueve ya fueron ejecutadas.

Las principales víctimas de los disturbios de julio pertenecían a la etnia han (mayoritaria en China pero minoritaria en Xinjiang). Los días siguientes los hanes se vengaron de los uigures, musulmanes.

Según la disidencia uigur en el exilio, los disturbios de Urumqi estallaron después de una manifestación pacífica para pedir aclaraciones sobre la muerte de 2 uigures en una fábrica del sur de China.

Las autoridades acusan a los “separatistas étnicos” de la violencia, aunque sin aportar pruebas.