La vicepresidenta ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), María Estela Ortiz, y la Consultora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Soledad Larraín, presentaron formalmente este martes una nueva política social, que promueve el buen trato hacia los niños y niñas ante cifras que detallan que el 75% de ellos son víctimas de actos violentos.
Fuente: Agencia UPI
Explicando el origen de la nueva política, Larraín detalló que el programa busca desactivar una posible respuesta agresiva ante un conflicto y favorecer un enfoque empático.
“Es un programa que nace de una reflexión, una política transversal que se gesta en conjunto con la Junji, y que como dice la propuesta es una forma de relación, centrada en la empatía, de enfrentar los conflictos sin violencia, no negarlos pero sobreponer la comunicación frente a todo”, aseguró Larraín.
La nueva ‘política de buen trato’ es una alianza estratégica de la Junji con el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), el Servicio Nacional de Menores (Sename), y la Universidad Católica del Maule. La idea es establecer en los establecimientos asociados a Junji el buen trato hacia niños y niñas como condición básica de un servicio educativo de calidad, esto integra objetivos específicos como promover la sana convivencia de adultos hacia los menores, prevenir el maltrato infantil e intervenir en caso de vulneración de derecho.
“En Chile el último estudio realizado en 2006 por la Unicef, plantea que aproximadamente un 75% de los niños (3 de cada 4) recibe algún tipo de violencia por parte de sus padres o de quiénes los cuidan, esto implica violencia psicológica, física o sexual” declaró la consultora de Unicef.
“Esto es grave, ya que los niños y niñas (…) se encuentran en un período de vulnerabilidad, donde está en juego el desarrollo de sus potencialidades, y por lo tanto deben gozar de un sistema de protección específico e integral” agregó la Directora del Departamento de Buen Trato, Romina Curts.
Las autoridades aseguraron que esta política favorecerá a la sociedad en su conjunto porque beneficiará las relaciones entre los niños con los adultos, y entre los propios niños y los adultos entre sí basándose en un sentimiento de reconocimiento y de valoración de uno mismo.