El incendio que se desató el miércoles en el sur de California se mantuvo implacable el sábado pocos kilómetros al norte de Los Angeles, donde dejó tres heridos y forzó la evacuación de unas 4.000 viviendas, informaron las autoridades.
El incendio, contenido en menos del 5% y aún considerado “fuera de control”, avanzó rápidamente, según el Servicio de Bosques Nacionales de Estados Unidos, que informó de tres heridos sin detallar si se trata de bomberos o de habitantes de la zona, ni precisar la gravedad de las lesiones.
El fuego había consumido hasta el sábado más de 8.000 hectáreas de vegetación y amenazaba al menos 10.000 casas y otros 2.500 edificios, entre ellos 500 construcciones comerciales, y destruyó al menos 3 casas.
El servicio forestal calificó de “extremo” el potencial de propagación del incendio, que en plena temporada seca se ve alimentado por los vientos y las altas temperaturas del verano boreal.
Las evacuaciones fueron ordenadas particularmente en la localidad de La Cañada Flintridge, a unos 25 km al norte de Los Angeles, pero también en los suburbios más cercanos a la urbe, como Glendale.
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, declaró el viernes estado de emergencia en los condados de Los Angeles y Monterey cuando el fuego llevaba consumidos “cerca de 13.000 acres (5.261 hectáreas)”.
Los incendios “amenazan estructuras, destruyeron viviendas y forzaron la evacuación de centenares de habitantes hacia refugios de emergencia”, explicó Schwarzenegger.
El inspector de bomberos del condado de Los Angeles, Frederic Stowers, dijo a la AFP que más de 750 de sus hombres, 4 aviones y 8 helicópteros combaten las llamas, alimentadas por una densa y seca vegetación, especialmente en el valle de San Fernando, al norte de la megalópolis.
California es frecuente escenario de incendios forestales y en 2007 registró los peores de su historia, que forzaron la evacuación de 640.000 residentes y consumieron cerca de 2.000 viviendas en el sur del estado.
(AFP).