Población de huemules del norte se triplica en base a avistamientos de agosto

Créditos: Conaf

Viernes 21 agosto de 2020 | Publicado a las 16:56

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La población de tarucas del norte se triplicó en base a los avistamientos realizados por Conaf este mes de agosto en el Parque Nacional Lauca, en Arica y Parinacota.

En concreto, el trabajo de guardaparques de la entidad arrojó la presencia de 76 ejemplares, lo que supera con creces los 22 detectados de marzo.

La actividad corresponde a la segunda del año ya que, igual que con las aves acuáticas altoandinas, el monitoreo estadístico de la Hippocamelus antisensis tiene una versión estival y otra de invierno.

Según Héctor Peñaranda, director de Conaf en la región, los avistamientos logrados podrían deberse a que julio y agosto son su época de apareamiento.

No obstante, reconoció que el menor movimiento en la zona por la pandemia también podría haber influido en el resultado.

Conocido también como el huemul del norte, este ciervo se encuentra hoy clasificado en peligro desde el punto de vista de su conservación.

Entre las principales amenazas que enfrenta figura la fragmentación de su hábitat.

Conaf
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¿Cómo se monitorea?

Actualmente, el registro poblacional de la taruca se efectúa en territorios del Parque Nacional Lauca y en zonas no protegidas, entre los 2.500 y los 4.200 metros de altitud.

Esto implica sitios aledaños a poblados precordilleranos tales como Putre, Socoroma, Zapahuira, Murmuntani, Chapiquiña pueblo y Central Chapiquiña.

A los anteriores se suman Belén, Pachama, Lupica y Saxamar, junto con el sitio prioritario de conservación de la precordillera de Ticnamar.

Además de los registros directos de la especie, el monitoreo rescata la presencia de huellas, fecas y restos de cornamentas.

Aquello porque las tarucas macho botan sus astas refregándose contra árboles o arbustos cuando estas han alcanzado su crecimiento máximo, y vuelven a desarrollarlas.

Conaf
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Trabajos de conservación

Arturo Gómez fue uno de los guardaparques participantes de la actividad, quien relató lo difícil que resultan este tipo de recuentos.

“Se trata de una geografía difícil para caminar, porque hay mucho roquerío, pero son los lugares donde transita la taruca y en ellos también se mimetiza”, dijo.

Ante los problemas de conservación que afectan a este venado, desde Conaf ya iniciaron trabajos para mantener una “agricultura sostenible y respetuosa con la biodiversidad”.

También están buscando que los agricultores desarrollen planes prediales que incluyan zonas de libre tránsito y uso para la taruca.

Según Peñaranda, lo que se está logrando “permitiría proyectar con el tiempo miradores turísticos y va en concordancia con los corredores biológicos de conservación, que conectan diversos ecosistemas”.

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