Sentirte “listo/a” para encontrar a alguien no significa que estés listo/a para comenzar una nueva relación. Así lo afirma el especialista en relaciones de Match.com, Mario Guerra, quien afirma que hay algunos asuntos que debes resolver si quieres que tu próximo romance sea sano, duradero y satisfactorio.

“Si bien no hay una fórmula mágica para esto, sí podemos tener en cuenta distintos aspectos antes de entrar en una relación de pareja. Si bien la relación se va construyendo con el paso del tiempo, siempre aumenta las probabilidades de un buen resultado si empiezas ‘con el pie derecho’, por decirlo así”, comenta Guerra.

El experto menciona algunos elementos que conviene tener resueltos antes de considerar entrar en una nueva relación.

1. ¿Ya terminaste definitivamente tu relación anterior?

Aunque esto parece obvio, “la realidad es que hay muchas personas que empiezan una relación antes de terminar otra”, indica Guerra, quien cree que esto tal vez sucede “porque no quieren quedarse sin alguien o porque la relación anterior no es buena y conocieron a una persona que creen será la definitiva”.

“La cuestión es que, especialmente en las relaciones, sería conveniente cerrar lo pasado antes de iniciar algo nuevo, de esta manera sabrías que la nueva relación no es una puerta de escape de la anterior”, afirma.

“Tampoco ayuda que de vez en cuando tengas encuentros románticos con tu Ex. Es como si no hubieras terminado la relación, por más que ‘oficialmente’ crean que sí” dice Guerra.

2. ¿Tienes una relación complicada con tu Ex?

“Supongamos que ya terminaste tu relación anterior, pero ya sea por cuestiones de trabajo o hijos, debes seguir teniendo una relación con tu Ex. La idea es que, si los hay, procures resolver asuntos ásperos como resentimiento, problemas de dinero o hasta la custodia de los hijos. No sería justo llegar a una nueva relación con ‘cuentas por pagar’ o facturas ajenas”, comenta el especialista.

También, Mario indica que una nueva pareja puede entender que tengas relaciones pasadas con las cuales debas tener algún contacto, pero “quizá lo que se complica comprender es que pases largas horas discutiendo por teléfono o enviándose mensajes o que te quedes en su casa (o le permitas que se quede en tu casa) con la excusa de que los niños ‘extrañan’”.

3. ¿Estás consciente y has trabajado con tus errores de relaciones pasadas?

Guerra indica que “siempre es sano evitar repetir patrones y caer en los mismos errores y créeme que eso es algo muy común, especialmente cuando no somos conscientes de nuestras conductas o creencias acerca de lo que es tener una pareja”.

Lo mejor es tratar de encontrar patrones en tus relaciones pasadas que te han llevado a la insatisfacción o al conflicto con tu o tus parejas. “Aunque a simple vista quizá no sea tan evidente, si reflexionas y usas la objetividad, quizá encuentres algo que no habías visto”, asegura Mario.

El especialista dice que si bien culpar a los otros o a la mala suerte puede resultar cómodo, “es más útil encontrar qué errores pudiste haber cometido tú que te llevan a terminar tus relaciones o al menos la última. Si aún así sientes que tú no has hecho nada, asume al menos que has contribuído con un 1% a esta situación. Ahora piensa, ¿cuál puede ser ese 1%?”.

“Finalmente, no sólo se trata de atender problemas en la forma de relacionarte, sino también en tu forma de ser. Impulsividad, obsesiones, ansiedad o depresión, por ejemplo, deben ser elementos a atender para no dañar a una nueva pareja o a una nueva relación”, indica.

4. ¿Necesitas o quieres tener una pareja?

Aunque suene un poco absurdo, la verdad es que una pareja no se necesita; se quiere. Así lo plantea Guerra, quien explica que “si tu necesidad de estar con alguien es grande, seguramente bajarás tus estándares, aceptaras tratos o acuerdos que te lastimen o te volverás demandante dentro de esa nueva relación”.

“Piensa si podrías vivir solo o sola el resto de tu vida. No quiero decir con esto que sea en aislamiento, sino vivir sin una pareja a tu lado. Si la respuesta es sí, quizá sea momento de buscar una. Si respondiste que no, revisa cuál es tu temor de hacerlo. Una buena pareja no es para acompañarte en la vejez, sino para que comparta cada uno lo mejor de sí mismo con el otro”, comenta Guerra.

5. ¿Eres flexible y estás dispuesto/a a compartir tu vida con alguien más?

“Una pareja es para conocerla, no para querer cambiarla. Estar en una relación conlleva mucha flexibilidad, disposición para negociar y asertividad para pedir lo que se quiere, decir lo que se piensa y aceptar que el otro puede no estar de acuerdo con nosotros en todo y aún así no considerar esto como una prueba de desamor y sí de la riqueza e individualidad de otro ser humano”, expresa Guerra.

El especialista advierte que por más que creas que tus hábitos, creencias y conductas son las más normales, o las mejores, al conocer a tu pareja, verás que en muchas cosas habrá similitudes, pero en otra diferencias y eso es perfectamente normal.

“Como mencioné anteriormente, estos puntos no garantizan de antemano que una relación va a funcionar, pero sí te ayudan a no arrastrar lodos pasados en una casa nueva”, finaliza.