Con interrogatorios a familiares de la víctima y diligencias encomendadas a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, se inició la investigación para identificar a los responsables de encubrir el crimen de Alice Meyer, ocurrido en 1985.

El ministro en visita Mario Carroza resolvió iniciar las indagatorias, tomando declaración a Brígida Díaz, hermana de Delfín Díaz, quien supuestamente se suicidó el 26 de diciembre de 1985, dos semanas después del asesinato de la joven mujer.

En la época, la policía de investigaciones adjudicó a esta víctima la autoría del crimen de Meyer, posibilitando la liberación del empresario Mario Santander Infante, que estuvo 19 meses presos como sospechoso.

El juez reabrió esta investigación ante la querella presentada en mayo pasado por el abogado de la familia de Delfín Díaz, Alvaro González, donde se denuncia una operación para encubrir el crimen de Meyer. Se apunta al entonces director de la PDI, Fernando Paredes, y al fallecido defensor de Santander, Sergio Miranda Carrington.

El jurista explicó que ahora corresponde que el ministro Carroza cite a declarar a quienes serían los responsables de esta trama.

Precisamente la querella además apunta a la autoría material del homicidio de Delfín Díaz a los cuatro detectives que lo arrestaron la madrugada del 26 de diciembre de 1985.

La acción judicial se funda en un peritaje privado que concluye que la víctima falleció producto de las lesiones recibidas por terceros y no por ahorcamiento tipo suicida.