Pese al aparatoso aterrizaje de nuevas figuras en los comandos de las presidenciables, no habrá mayores sorpresas en la contienda.

En segunda vuelta, los rostros jóvenes no son suficientes para captar el voto esquivo de más de la mitad del padrón electoral, pues debe agregarse a aquellos que quedaron sin candidato y que, lo más probable, no vayan a votar, engrosando la cifras de abstención.