El gobierno uruguayo fijó para el 12 de septiembre la subasta de siete aviones Bombardier CRJ900, pertenecientes a la quebrada aerolínea Pluna, con una base de 136,8 millones de dólares, anunció el miércoles la Secretaría de Comunicación de la Presidencia uruguaya.

A mediados de julio, el Parlamento uruguayo sancionó una ley que aceleró el proceso de liquidación de la aerolínea de bandera uruguaya, regulando la venta de los activos de la compañía.

“La subasta al alza será con una base de 136.885.156 (millones de dólares)”, pero si no prospera se “procederá a la realización de una subasta a la baja (subasta holandesa)” ese mismo día, señaló el pliego, que prevé que la segunda puja tenga un mínimo de 100 millones de dólares.

Días atrás, Sol Líneas Aéreas hizo público su interés de participar en la subasta.

Tras la liquidación de los activos de Pluna, la prioridad de pago a los acreedores la tendrá el canadiense Scotiabank, con el que el Estado asumió la garantía de 130 millones de dólares para la compra de aviones.

En segundo lugar está el pago a los funcionarios de la aerolínea, cerca de 900 empleados enviados al seguro de paro.

Al momento de su quiebre, Pluna estaba a cargo del Estado uruguayo desde el 15 de junio cuando se produjo la salida del socio privado mayoritario LeadGate -poseedor del 75% de la compañía-, tras su negativa a capitalizar la empresa para mantener su operativa.

LeadGate transfirió entonces sus acciones a un fideicomiso controlado por el Estado uruguayo, dueño del 25% de la empresa, pero la falta de un socio que la capitalizara y la insolvencia económica de la misma llevaron a que la aerolínea paralizara sus vuelos y llamara a concurso de acreedores a principios de julio.

La quiebra de Pluna -con 253 vuelos semanales a Argentina, Brasil, Chile y Paraguay- afectó a unos 10.000 pasajeros y comprometió la conectividad aérea de Uruguay.