El asistente de Michael Jackson dijo el miércoles durante el juicio al médico Conrad Murray por la muerte del cantante, que su jefe padecía una enfermedad en la piel y que el doctor le pidió que sacara unas “cremas” de la casa del “rey del pop” el día que murió.

En ocasiones el artista iba todos los días a ver a su dermatólogo Arnold Klein, contó el asistente personal de Jackson en la Corte Superior de Los Ángeles, en el segundo día del juicio a Murray por homicidio involuntario.

Jackson murió hace dos años por una intoxicación de sedantes que supuestamente le habría administrado Murray, mientras la defensa afirma que el cantante causó su propia muerte al ingerir la sobredosis. Por esto, el estado de salud del rey del pop es crucial en el proceso.

“Había veces que (Jackson) iba casi todos los días; había veces que dejaba de ir por un par de días. Fluctuaba”, dijo su asistente y jefe de seguridad Faheem Muhammad.

Cuando se le preguntó si Jackson acudía a ese médico por una enfermedad en la piel, Muhammed respondió “sí” y agregó que la estrella le dijo: “Mis médicos me dicen que tengo que ir, y voy”.

Otro asistente, Michael Amir Williams, también dijo que “en un determinado momento (las visitas a Klein) se volvieron muy frecuentes”.

El martes, el tribunal escuchó un audio en el que Jackson, aparentemente muy drogado, balbucea cosas ininteligibles en una conversación con Murray.

Williams dijo que Jackson a veces hablaba muy lentamente al salir de las sesiones con Klein, aunque nunca de una forma tan ininteligible como en el audio que se dio a escuchar en sala.

Muhammad también contó cómo los hijos del cantante se descompusieron cuando vieron que le daban masajes cardiopulmonares a su padre en la mañana del 25 de junio de 2009, cuando el “rey del pop” murió a los 50 años.

“Paris estaba en el piso llorando y Prince estaba parado ahí, y parecía en shock, sabes, con esa expresión en la cara cuando lloras en silencio”, dijo Faheem Muhammad refiriéndose a dos de los tres hijos de Jackson.

Williams contó también que Murray le dejó un mensaje telefónico pidiendo que llamara a un guardia de seguridad. “Si me hubiera dicho que llamara al 911, habría llamado al 911 (…) Pero pidió llamar a un guardia y llamé a un guardia”.

En el momento en que el asistente llegó 30 o 40 minutos después a la mansión del cantante en el adinerado barrio Holmby Hills, al oeste de Los Angeles, “era todo una locura, llegué cuando ya estaban bajando la camilla”, dijo.

La fiscalía acusó a Murray de haber actuado con “grave negligencia” por abandonar a su paciente tras suministrarle una sobredosis de Propofol que lo mató, mientras la defensa afirmó que Jackson causó su propia muerte al ingerir dos sedantes (Lorazepam y Propofol) cuando estaba fuera de la vigilancia del doctor.

El asistente dijo el miércoles, recordando el último ensayo del cantante el 24 de marzo, que Jackson “estaba muy bien” y el show era “impresionante”.

Luego de que se declaró la muerte del autor de “Thriller”, Williams contó lo que calificó como una “rara” conversación con Murray. “Yo estaba en el pasillo. Hablábamos de lo horrible que era esto”.

Luego “me dijo que había unas cremas en el cuarto de Michael (…) y que él no querría que el mundo las viera, y me pidió que yo o alguien lo llevara a la casa para sacarlas”.

El asistente le negó el favor simulando que no tenía las llaves de su vehículo. “Eso era lo último que me importaba”, explicó.

En audiencias preliminares se había escuchado evidencia de que Murray, de 58 años, había pedido que sacaran equipos médicos, supuestamente entre ellos botellas de Propofol, de la habitación de Jackson antes de que llegara la policía.

La familia de Jackson, incluyendo a su madre Katherine, volvió a asistir a la corte sin hacer comentarios a la prensa. El martes ella y el padre del cantante, Joe, estuvieron presentes junto a los hermanos Jermaine, Janet, La Toya, Randy, Tito y Rebbie.