Nursultan Nazarbayev fue investido este viernes presidente de Kazajistán para un nuevo mandato después de más de 20 años en el poder en esta ex república soviética de Asia central, a raíz de unas elecciones consideradas no democráticas por observadores europeos.

Con la mano derecha sobre la Constitución, Nazarbayev, de 70 años, prestó juramento y se comprometió a “servir con fidelidad” a su pueblo y a “respetar las leyes de Kazajistán”, durante una ceremonia de investidura retransmitida en directo por la televisión nacional.

“Hoy es un día especial para mí. Los ciudadanos kazajos hicieron su elección histórica: votaron por mí, y les estoy agradecido”, declaró Nazarbayev, reelecto con más del 95% de votos en las presidenciales del 3 de abril.

“Vamos a proseguir el trabajo para democratizar más nuestra sociedad. Debemos hallar una solución óptima, para ampliar los poderes del parlamento, así como la responsabilidad del gobierno y mejorar el proceso electoral”, dijo.

La oposición boicoteó las presidenciales por estimar que carecía de tiempo para prepararlas ante la decisión de Nazarbayev de adelantarlas casi dos años.

La misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) consideró que estos comicios no fueron “unas verdaderas elecciones democráticas”.

En 2005, Nazarbayev se arrogó el título de Elbassy (jefe de la Nación en kazajo), que le confiere el poder vitalicio de fijar las grandes orientaciones políticas y le brinda una inmunidad perpetua.