Es una enfermedad silenciosa que en la gran mayoría de casos no presenta molestias, ¿cómo podemos saber si estamos expuestos a esta afección? En la siguiente nota que contamos todo lo que debes saber.

En términos generales, el glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por el aumento de la presión interna del ojo que va causando daño progresivo e irreversible de la visión, la mayoría de las veces, sin producir molestias, pudiendo llevar a la ceguera. Es por esto que hay que tener especial atención en su detección temprana.

Esta enfermedad, a diferencia de lo que se puede pensar sobre el ojo, que es tan sensible al más mínimo cambio, en la mayoría de las personas que la padece no presenta síntomas en sus primeras fases. Una vez más avanzada aparecen defectos en el campo visual y pérdida progresiva de la visión.

¿Cómo se produce?

Según comenta el Dr. Antonio Glasinovic, Oftalmólogo de Megasalud, “el ojo tiene una presión normal de 12 a 20mm Hg (milímetros de Mercurio) la que permite mantener su forma y función. En su interior, se produce constantemente un líquido llamado ‘humor acuoso’, el que su vez es eliminado, en la misma proporción. Cualquier alteración en este equilibrio y que produzca una acumulación del mismo, incrementará la presión, lo que derivará en una condición final conocida como neuropatía óptica, caracterizada por pérdida de fibras del nervio óptico y por cambios en su aspecto”.

¿Cómo sé si soy propenso a tener un glaucoma?

El oftalmólogo indica que “la presencia familiar del glaucoma debe ser la primera señal de alarma. Las personas mayores de 40, miopes e hipermétropes, las de ascendencia africana o hispana, la diabetes, las que usan esteroides en forma prolongada. Deben llamarnos la atención y consultar a un médico especialista”.

¿Cuáles son los síntomas?

Lamentablemente, según comenta el especialista, la mayoría de los tipos de glaucoma son silenciosos y no presentan molestias, pudiendo llegar a la ceguera sin previo aviso. En la minoría en que sí producen síntomas estos son: Dolor ocular, ojo rojo, visión de halos (círculos de luz) alrededor de luces brillantes, dolores de cabeza, náuseas, vómitos y pérdida brusca de visión.

¿Cuál es su tratamiento?

“La prevención en grupos de riesgo debe ser considerado como el tratamiento número uno. Ya que el diagnóstico precoz cambia significativamente su evolución”, comenta el oftalmólogo. Una vez diagnosticado y clasificado el glaucoma, el Oftalmólogo podrá aplicar tratamiento que más se ajuste al tipo de glaucoma encontrado. “Entre ellos destacan los medicamentos con gotas hipotensoras, de los que hay múltiples y cada vez mejores. Los quirúrgicos con láser (Iridotomía, Trabeculoplastía, etc.) y los quirúrgicos en pabellón (Trebeculrectomía, implante de válvulas)”, detalla el especialista.

¿Podemos prevenirlo?

El glaucoma primario (de origen genético) no se puede prevenir, pero sí sus consecuencias, vale decir, “un paciente tratado precozmente puede hacer una vida completamente normal y conservar campo visual y su visión” comenta el Dr. Glasinovic.

En cambio, los glaucomas secundarios muchas veces sí se pueden prevenir tratando la causa originaria, ya sea evitando traumatismos; uso de corticoides por tiempo prolongados, cuidado de la diabetes, etc.

Recomendaciones

El especialista es enfático, “es vital atender a los factores de riesgos ya descritos, hacer un chequeo oftalmológico al menos una vez al maño en mayores de 40 años”. En este chequeo, el oftalmólogo examinará su agudeza visual, estado del nervio óptico con un fondo de ojo y cuantificará su presión ocular con una tonometría.

Si estos primeros exámenes aparecen como sospechosos de tener glaucoma, se harán otros exámenes complementarios los que permitían afinar del diagnóstico y clasificarlo; determinar en qué estado de su evolución se encuentra, así como también hacer seguimiento en el tiempo y valoración de los resultados de los tratamientos.