Distintas realidades presentan actualmente los locatarios del nuevo Mercado del Gran Concepción, recinto “provisorio”. Mientras los vendedores de abarrotes advierten un lento inicio, pero mejorando, las cocinerías comienzan a sacar “cuentas alegres”, a pocos días de la apertura.
Temprano por la mañana, los locales comienzan a funcionar y presentan sus productos a la comunidad. Una de las primeras locatarias con quien uno se puede encontrar en el recorrido por el recinto es María Mellado, del local de productos congelados, donde destacan los mariscos, verduras y papas. “Las ventas no han estado tan buenas, pero de a poquito empezamos”, expresó.
Al otro lado del mercado, Marta Muñoz ofrece abarrotes en general, con productos como leche, queso y harina tostada, en su negocio Santa Marta, que cuenta que lentamente va mejorando el panorama.
Al frente, desde la Panadería Collao, María Luz Queirolo, ofrece sus pajaritos, hallullas y pan francés (para los penquistas, batido o marraqueta en otras zonas) hecho a leña, y señala que sus ventas van bien. Como a las 9:00 de la mañana llega la gente a comprar su “pancito”, contó.
Entre carnes rojas y blancas, Carlos Apablaza, de la Rotisería Joeli, mantiene la confianza en la preferencia del público, pero estima que falta que la gente se informe sobre la nueva ubicación y que ya están de vuelta para atenderlos.
En el segundo piso, el aroma de las cocinerías invita a abrir el apetito. En la “Picá de Los Lagos”, con una sopa de mariscos pasa el tiempo la clienta Mónica Poblete, que destaca la buena atención y calidad de los productos que se ofrecen.
En el Mercado dicen no sólo ofrecer buena gastronomía, sino también buena onda y atención personalizada, lo que han agradecido desde los servicios públicos del sector, explicó Mauricio Lagos, del mencionado local. “Se ha visto harta gente ejecutiva, de las oficinas, que ha venido a apoyarnos”, relató.
También están los que siguen a su “caserita”, como es el caso de la señora Gaby Villagra, quien frecuenta “La Picá” desde que el mercado funcionaba en el centro, después en Colo Colo y ahora en su nueva ubicación. “harto sufrieron, entonces ahora lo único que les deseo es que les vaya bien”, señaló.
Para la dueña, Erika Araya, el secreto del éxito es la atención personalziada. “Nosotros empezamos ayer y nos fue súper bien. Les recomiendo que vengan, para poder levantarnos nuevamente”, dijo.
Mónica Torres, de la Cocinería Valentina, comentó -mientras preparaba picarones- que en este nueva ubicación hay más flujo y más gente, por lo que destacan los números azules.
Es un Mercado que se levanta, y que a falta de estacionamientos presenta un lugar privilegiado para acudir en el transporte público, ya sea en bus o Biotrén, en O`Higgins entre Alberto Hurtado y Prat, donde dicen que los productos y platos se preparan en una nueva casa, pero con el cariño de siempre.
