Asimilando poco a poco lo vivido junto a su familia en México, tras el terremoto de éste viernes de 7,5 grados, Felipe Román, funcionario de Senda Osorno señaló estar afortunadamente bien, mientras se observa cómo la sociedad en su conjunto trabaja por volver a la normalidad.

Según lo comentado, se encontraba junto a sus padres en Ciudad de México por vacaciones y retornaba al hotel de un tour cuando el conductor les advirtió que deben resguardarse en zona segura porque la alerta sísmica que anuncia 20 segundos antes la ocurrencia de un terremoto se había activado.

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Una vez fuera de los vehículos, comenzó el movimiento telúrico que, lejos de acabar, iba aumentando conforme avanzaban los segundos al punto de provocar que edificios cercanos sufrieran el desprendimiento de cornisas y material sólido.

Respecto a las reacciones que adoptaron los turistas y por sobre todo los mexicanos, Román señaló que el sistema de alerta con los que cuentan marcó enormemente la diferencia, toda vez que permitió que la comunidad buscara zonas de seguridad para resguardarse.

Consultado por los servicios básicos, dijo que por lo menos en Ciudad de México se vieron interrumpidos por poco más de una hora, tras lo cual se fueron restableciendo gradualmente.

Es parte de las diferencias con Chile, añadió, que si bien tiene protocolos de acción similares, la falta de un sistema que informe a la comunidad al menos 20 segundos antes de un movimiento telúrico, es lo que se lleva como enseñanza de haber vivido esta experiencia en México.

Se trata de una emergencia que afectó a estados tales como Guerrero, Puebla, Oaxaca y Michoacán y al cual se suma la muerte de al menos 13 personas luego que un helicóptero militar se precipitara a tierra cuando iba en ayuda de la comunidad.

Edificio dañado.
Agence France-Presse