El parlamento alemán, a través de la iniciativa presentada por los diputados Renate Künast (Los verdes) y Harald Petzold (La Izquierda) -que al mismo tiempo fue firmada por 91 diputados de ambos partidos-, propone una serie de medidas de reparación y ayuda a las víctimas de violaciones a los derechos humanos al interior de Colonia Dignidad, dirigida por el suboficial Nazi Paul Schäfer desde 1956 a 1991.

La iniciativa fue mostrada este lunes en el “Encuentro con la prensa. Colonia Dignidad y la nueva propuesta alemana” realizado en la casa central de la Universidad de Chile.

En la actividad participaron Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad; Ingrid Wehr, de la Fundación Henrich Böll; Winfried Hempel, abogado de las víctimas alemanas; y Magdalena Garcés, abogada de las víctimas chilenas.

A ellos se sumaron autoridades nacionales como Lorena Fríes, subsecretaria de Derechos Humanos; Cristóbal Ortíz, representante de la Dirección de DDHH del Ministerio de Relaciones Exteriores; Tucapel Jiménez, diputado de la Comisión de DDHH y Pueblos Originarios; Sergio Aguiló, diputado por la región del Maule; y Claudio Nash, Cátedra DDHH Universidad de Chile.

La propuesta interpela a los Estados chileno y alemán para conformar una comisión bilateral que esté a cargo de realizar investigaciones históricas y jurídicas de los hechos acontecidos en Colonia Dignidad y de las sociedades anónimas y empresas vinculadas a ésta.

Asimismo, propone ofrecer apoyo a los exhabitantes del enclave para precisar su situación legal, social y económica, la construcción de un espacio de memoria, entre otras. En tanto, otro de los objetivos centrales tiene que ver con la necesidad de conseguir verdad y justicia por los crímenes ocurridos en Colonia Dignidad en los que tuvieron participación sus dirigentes y habitantes.

Para Margarita Romero la propuesta de los parlamentarios alemanes “representa un avance significativo para alcanzar más verdad, justicia, memoria y reparación. Los puntos señalados en ella son por los cuales las agrupaciones y organizaciones de derechos humanos llevan años interpelando el Estado chileno. El escenario actual insta a nuestra sociedad -organismos de la sociedad civil y autoridades gubernamentales-, a ser capaces de dialogar con la propuesta alemana y a la vez definir un camino a seguir considerando la participación de las distintas partes involucradas”.

Colonia Dignidad sigue siendo una herida en las relaciones binacionales” de Chile y Alemania, manifestó Ingrid Wehr, por lo que espera que esta iniciativa “abra el camino para un proceso binacional de verdad, justicia y memoria”.

“El problema no terminó con la muerte de Shäfer”

Para Magdalena Garcés, abogada de las víctimas chilenas, esta instancia constituye una esperanza, ya que es “la oportunidad de que se tomen por fin medidas que esperamos que cooperen y ayuden a las víctimas y no a los victimarios”.

Así, agregó Garcés, este paso “es una oportunidad para que el Estado de Chile cumpla con sus obligaciones”, dado que “hay un deber pendiente que no es sólo del poder judicial: es del poder ejecutivo, legislativo y también del poder judicial”.

Por su parte, Winfried Hempel, abogado de las víctimas alemanas, expresó también su visión respecto a este proceso. “Por primera vez el Estado alemán se hace cargo de hechos sucedidos fuera del territorio nacional y eso es muy importante porque ha habido un conflicto de competencias (…) y siempre ha dicho que es un tema de soberanía nacional”.

Es así como, explicó, “en Alemania hay una Ley de reparación a víctimas de crímenes violentos que hace responsable al Estado por las graves violaciones a los Derechos Humanos que cometen alemanes y esa ley se ha extendido a hechos ocurridos fuera del territorio nacional desde el año 2009 y es una de las pocas leyes que rige retroactivamente”. En definitiva, “el problema no terminó con la muerte de Shäfer”.

Colonia Dignidad vivió bajo un régimen de aislamiento y autonomía que se ha expresado como la existencia de un Estado dentro de otro Estado, evadiendo todo tipo de fiscalizaciones a las actividades realizadas al interior del recinto, entre las que se encuentran el secuestro y maltrato de colonos que intentaron abandonar el enclave alemán, adopciones ilegales y abusos sexuales cometidos por Schäfer contra niños alemanes y chilenos residentes en la Colonia y chilenos que asistían a actividades al interior de ella.

Durante la dictadura cívico-militar, Colonia Dignidad intensificó su participación en la vida nacional colaborando activamente en la comisión de crímenes de lesa humanidad, como secuestro, tortura, asesinato y desaparición de prisioneros políticos.