El Instituto de Salud Pública llamó a no automedicarse por las serias reacciones adveras que puede ocasionar el mal uso en la ingesta de fármacos.

Con la llegada de la primavera comienzan las molestas alergias con una serie de manifestaciones como, asma, rinitis, conjuntivitis, dermatitis, urticaria, entre otras. Una forma de combatir esta reacción es con la ingesta de antialérgicos, que aunque alivian el malestar, pueden causar reacciones adversas, principalmente a nivel neurológico, dermatológico y/o gastrointestinal.

Entre los fármacos más consumidos para aliviar los síntomas de las alergias encontramos los broncodilatadores y los antihistamínicos H1, utilizados para las reacciones como la urticaria, la rinitis y la conjuntivitis, a alimentos y algunas picaduras de insectos.

Los antihistamínicos H1 más vendidos en Chile durante el año 2015 fueron: Clorfenamina, Loratadina, Desloratadina, Levocetirizina, Hidroxicina, Cetirizina y Fexofenadina.

Las reacciones adversas a medicamentos (RAM), son respuestas a un medicamento que es nociva y no intencionada, y que se produce con las dosis utilizadas normalmente en el ser humano. Las reacciones adversas más frecuentemente son: erupción cutánea, somnolencia y sequedad de boca, las que han sido asociadas principalmente a clorfenamina y loratadina.

Otras reacciones adversas pueden ser sedación y aumento del apetito, además de estreñimiento, visión borrosa con dificultad en la acomodación de objetos y retención de orina, entre otros.

El director del ISP, Alex Figueroa, recomendó que los profesionales de la salud adviertan a los pacientes “que no conduzca, ni maneje maquinaria peligrosa, mientras esté en tratamiento con este tipo de medicamentos. La administración de otros depresores del sistema nervioso central mezclado con alcohol, barbitúricos, hipnóticos o ansiolíticos, pueden potenciar los efectos sedantes de los antihistamínicos”.

Si siente que puede estar teniendo una reacción adversa por un antialérgico, la recomendación es dirigirse al centro de salud más cercano y comunicar su sospecha al médico, químico farmacéutico o cualquier otro profesional de la salud.