El papa Francisco proclamó este domingo santa a la madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a los pobres, en una misa de canonización celebrada en la plaza San Pedro de Roma frente a unos 100.000 fieles.

“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, declaró el papa Francisco, quien pronunció en latín la frase de canonización ritual.

“Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología (…) y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, pidió el papa durante su homilía.

Tras la ceremonia, el papa Francisco invitará a almorzar a 1.500 personas desheredadas, de las que se ocupan las hermanas Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa.

En la fachada de la basílica de San Pedro colgaba el domingo un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano.

Alrededor de 100.000 fieles asistieron a la ceremonia en la Plaza San Pedro llena a rebosar y recibieron con fuertes aplausos el anuncio de su elevación a los altares.

Papa Francisco canoniza a Teresa de Calcuta
Vizenzo Pinto | AFP

“Llevo su nombre y crecí admirando su labor con los pobres y los niños”, dijo a la AFP Teresa Burley, una profesora estadounidense que vive en Nápoles, donde cuida a niños discapacitados, una vocación inspirada por la religiosa de Calcuta.

Para Abraham, un indio afincado en Londres, “la madre Teresa practicaba de verdad el cristianismo, mientras que la mayoría de cristianos se limita a hablar”.

El ritual católico de la canonización, cuya condición es la realización confirmada de dos milagros, no convence a algunos fieles, como a Belquiz Almodóvar, una mujer que viajó para la ceremonia desde Nueva York junto a un grupo de unos cincuenta feligreses.

“Es difícil comprobar un milagro, aunque ocurren diariamente”, señala. “Lo que importa es que la madre Teresa de Calcuta alentó a miles de personas a dar más amor y a ser generosos”, estimó.

El brasileño cuyo testimonio abrió el camino a la canonización de la madre Teresa, contó el viernes ante la prensa en el Vaticano cómo, según él, se curó de repente de tumores cerebrales en 2008 gracias a que rezó intensamente a la religiosa de Calcuta.

‘Una infatigable benefactora’

Su canonización, en presencia de una docena de jefes de Estado, se celebró justamente el año en que el pontífice argentino lo dedica a la Misericordia con un jubileo extraordinario.

La madre Teresa fue “una infatigable benefactora de la humanidad”, había declarado Juan Pablo II durante la beatificación de la religiosa en 2003, en una ceremonia en Roma en la que participaron 300.000 fieles.

Para el papa Francisco, la madre Teresa de Calcuta encarna su ideal de una “iglesia pobre para los pobres”, aunque admitió que habría tenido “miedo” si esta pequeña mujer determinada hubiera sido su superiora.

La madre Teresa – nacida en 1910 en el seno de una familia albanesa en Skopje y fallecida el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta – recibió el premio Nobel de la Paz en 1979.

Levantó polémica al recibir este galardón y afirmar que el aborto era “la principal fuerza de destrucción de la paz”.

“Defendía incansablemente la vida, proclamando sin cesar que ‘el que aún no ha nacido es el más débil, el más pequeño, el más miserable"”, recordó el domingo el papa Francisco.

En 1950 fundó en India las Misioneras de la Caridad, que cuenta hoy con 5.000 religiosas que dedican su vida a los más pobres y viven en la austeridad.