El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, viajó este martes hacia Corea del Norte, en una nueva intensificación de los preparativos de la muy esperada cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump, horas después del encuentro entre el líder norcoreano y el presidente chino, Xi Jinping.

Durante su discurso en la tarde del martes sobre el acuerdo nuclear con Irán, Trump anunció que su secretario de Estado iba de camino a Corea del Norte.

“En este preciso momento el secretario Pompeo está en ruta hacia Corea del Norte para preparar mi futuro encuentro con Kim Jong Un”, declaró Trump aludiendo a un viaje que no había sido anunciado.

En el avión, Pompeo declaró a periodistas que no estaba seguro de poder reunirse con el líder norcoreano. “Estamos preparados para reunirnos con cualquiera que pueda expresarse en nombre del gobierno” de Pyongyang, dijo.

El fin de semana de Pascuas, cuando ejercía aún como director de la CIA, Pompeo ya se había encontrado con Kim Jong Un. Durante esta nueva visita, tratará el tema de los tres estadounidenses detenidos en Corea del Norte. “Sería un buen gesto si aceptaran” liberarlos, dijo en el avión.

Desde la Casa Blanca, Trump anunció que “se conocerá más próximamente” sobre la suerte de estos detenidos.

Estos nuevos anuncios estadounidenses se producen tras el segundo encuentro entre Kim y Xi Jinping el martes en Dalián, en el noreste de China, luego de la cumbre bilateral de Pekín de fines de marzo.

En la reunión con Xi, el líder norcoreano reiteró su compromiso de desnuclearizar la península coreana, y el presidente chino pidió luego a Trump que considerase las preocupaciones de seguridad de Corea del Norte.

Pekín no quiere quedar fuera de la actividad diplomática que allanó el camino hacia la cumbre entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae In, en abril, y el esperado encuentro con Trump.

Pero este segundo viaje de Kim en tan poco tiempo, cuando nunca había dejado Corea del Norte desde que llegó al poder en 2011, muestra que Pekín sigue teniendo un papel central en los asuntos de la península.

“Después de mi primera reunión con el camarada presidente (Kim), las relaciones entre China y la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) han registrado avances positivos (…) Estoy feliz por eso”, declaró Xi, según la agencia oficial china, Xinhua.

Kim dijo a Xi que no había necesidad de que Corea del Norte fuera un Estado nuclear, “siempre que las partes relevantes dejen sin efecto sus políticas hostiles y las amenazas a la seguridad de la RPDC”.

Pyongyang reclama que se retiren las tropas estadounidenses de la península. Trump dijo la semana pasada que no planeaba retirar tropas de Corea del Sur por el momento, pero admitió que era una posibilidad a largo plazo.

En su conversación telefónica del martes, Xi dijo a Trump que “espera que Estados Unidos y Corea del Norte puedan trabajar juntos, construir confianza mutua” y que “considere las razonables preocupaciones de seguridad de Corea del Norte”, indicó un informe del canal estatal chino CCTV.

La parte estadounidense señaló que Xi y Trump convinieron mantener la presión económica sobre Corea del Norte “hasta que desmantele permanentemente su programa nuclear y misilístico”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.