Nate, que llegó a la costa sur de Estados Unidos como un huracán de rápido movimiento, fue degradado a tormenta tropical este domingo mientras avanzaba tierra adentro, anunció el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

A las 05:00 horas locales, la tormenta tenía vientos máximos de 113 kilómetros por hora y se movía a unos 37 kilómetros por hora hacia el interior de los estados sureños de Mississippi y Alabama, según el NHC, que previó además un “debilitamiento rápido” del fenómeno.

El ciclón tocó tierra cerca de las 01:30 horas locales a unos ocho kilómetros al oeste de Biloxi, Mississippi, provocando una fuerte marejada.

Las autoridades urgieron a los residentes a evacuar algunas zonas vulnerables antes de que Nate tocara tierra por primera vez en la boca del río Mississippi, el tercer huracán que golpea el sur de Estados Unidos en menos de dos meses.

“Se llevó todo”

En su paso por Centroamérica, Nate dejó una estela mortal: 16 personas fallecieron en Nicaragua, 10 en Costa Rica, tres en Honduras y dos en El Salvador.

En Costa Rica, más de 5.000 personas encontraron protección en refugios temporarios, mientras los cuerpos de socorristas buscaban a 30 personas desaparecidas.

Comunidades en Costa Rica y la vecina Nicaragua continuaban aisladas por la destrucción de puentes, inundación de carreteras, ríos desbordados y deslaves que arrasaron casas y caminos.

“Nos sacaron los bomberos porque estábamos ahogándonos”, dijo a AFP Bonavide Velázquez, una mujer de 60 años que vivía a orillas de un río en el departamento sureño de Rivas, Nicaragua. “El río se llenó y se llevó la casa, los chanchos, las gallinas, se llevó todo”.

Fuerte temporada

Nate es el último de una serie de tormentas letales que ha golpeado el Caribe en esta especialmente fuerte temporada de huracanes, que suele durar de junio a noviembre.

El sureste de Estados Unidos fue duramente golpeado en agosto por dos huracanes: Harvey, que provocó más de 70 muertos y considerables daños materiales, e Irma, que tras pasar por las Antillas alcanzó la categoría 5 y provocó 12 muertos en Florida.

Otra poderosa tormenta, el huracán María, devastó el Caribe a fines de septiembre, incluyendo a Dominica y Puerto Rico, un territorio estadounidense.