El Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó el recurso de habeas corpus presentado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, determinando que cumpla en prisión la condena a 12 años y un mes de prisión, confirmada en segunda instancia, por delitos de corrupción.

El fallo, pronunciado después de la medianoche del miércoles tras más de diez horas de debates, también impacta de lleno la carrera presidencial de la mayor economía latinoamericana que se dirimirá el 7 de octubre, al dejar prácticamente fuera del tablero al favorito en las encuestas.

En una votación de 6 a 5 en contra del recurso de Lula, fue finalmente la presidenta del Tribunal, Carmen Lúcia, quien emitió el último voto y que sentenció la derrota del líder del Partido de los Trabajadores (PT) en su intento por evitar la prisión.

“La presunción de inocencia no puede llevar a la impunidad” , dijo la presidenta de la corte Cármen Lúcia, que aportó el sexto voto que selló el resultado.

Lula buscaba con este recurso seguir en libertad, mientras apelaba a los tribunales superiores de Brasil la condena en su contra, la cual fue impuesta a 9 años de prisión en primera instancia y aumentada a 12 años y un mes en el tribunal de apelación.

La decisión del STF de que Lula esté en prisión mientras apela a tribunales superiores, no significa que el exmandatario vaya detenido de forma inmediata, pues eso dependerá de una serie de procedimientos del Poder Judicial, además el expresidente podría presentar un nuevo recurso antes del fin de semana, para aplazar su eventual arresto hasta el próximo martes 10 de abril.

“No será detenido de inmediato porque lo que juzgó el STF es un habeas corpus que autoriza la expedición de una orden de prisión”. Quedan aún por analizar “posibles nuevos recursos en el TRF4 y solo entonces podría llegar la orden del juez Sergio Moro”, explicó a la AFP el criminólogo Jovacy Peter Filho.

No obstante, los jueces le revocaron la cautelar que protegía a Lula, por lo que una vez que se comunique el fallo a todas las partes e instancias, el juez Sergio Moro puede ejecutar la condena.

Moro es el magistrado de primera instancia que desde su despacho de Curitiba se convirtió en ícono de la lucha contra la corrupción para muchos brasileños. De su pluma salieron la condena contra el expresidente y contra otros políticos y empresarios enredados en la Operación Lava Jato.

La megainvestigación iniciada hace cuatro años puso en la mira de la justicia al actual presidente conservador, Michel Temer, y a buena parte de su gabinete, junto con decenas de diputados y senadores.

El que fuera el presidente más popular de la historia reciente de Brasil se declara inocente en este proceso, que lo condena por recibir un departamento como soborno para favorecer a la constructora Odebrecht en proyectos públicos.