La madrugada del 31 de mayo, el vuelo LV-FVI de Aerolíneas Argentinas despegó desde el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires, con dirección a Miami, a donde debía llegar la mañana del 1 de junio.

Pero un incidente a las horas de iniciado el vuelo, obligó al piloto del avión, Martín Hughes, a aterrizar de emergencia en Santa Cruz, Bolivia, según cuenta La Nación de Argentina.

Un niño de 8 años había sufrido un problema de salud en pleno vuelo, por lo que el comandante Hughes y el resto de la tripulación, tuvieron que aterrizar de emergencia en Bolivia y retrasar la llegada del avión a Estados Unidos.

Tras el aterrizaje por emergencia médica, cinco pasajeros, entre el niño y su madre, descendieron del avión, siendo derivados a una clínica, donde se diagnosticó al menor con una isuficiencia respiratoria por una crisis obstructiva severa de tórax y cuello.

La decisión del piloto salvó la vida del niño, pues de no haber aterrizado, los más probable es que hubiese muerto.

“La tripulación me avisó que había un chico que estaba descompensado. Ahí hablé con los médicos que estaban atendiéndolo y concluimos que había que desviarse. Se declaró la emergencia médica y analizamos donde hacer un aterrizaje de emergencia”, explicó Hughes.

“Si no se tomaba la decisión inmediata, el desenlace podría haber sido otro”, agregó el comandante.

El piloto también destacó la labor realizada por el equipo de tripulación y tres pasajeros, médicos de profesión, quienes ayudaron al niño tras percatarse de su grave estado de salud.

La fortuna también ayudó a salvar al niño, pues según cuenta la auxiliar a bordo del vuelo, María Lorena Lecea, en el vuelo también había “una doctora especialista en neumotorax. Ella fue la primera que se presentó y después aparecieron dos médicos mas”.

El niño fue operado con éxito en Bolivia y se encuentra internado, a la espera de su evolución y acompañado por su madre. Mientras, el avión continuó su dirección a Miami.