A fines del año pasado Fox anunció que Los Simpson había sido renovada para sus temporadas 29 y 30.

Sin embargo, lo que supuestamente debió haber sido una buena y feliz noticia para millones de seguidores alrededor de todo del mundo, sólo sirvió para reactivar el debate sobre la calidad de los episodios de esta querida serie.

¿Es necesario seguir alargando -y exprimiendo- las aventuras de la familia amarilla más famosa del mundo, o ya es hora de darle un final como corresponde?

Debo decir que siempre fui un fanático de esta serie, quizás desde que tengo uso de razón. Recuerdo cuando era aún muy chico, y esperaba la medianoche de los viernes -después de Video Loco- para poder verlos en Canal 13.

Yo creo que en ese tiempo no entendía ni siquiera el 60% de los chistes, pero eso no me importaba: para mi eran lo máximo. Sin embargo, cerca de la temporada 12 aproximadamente se podía sentir que la serie había entrado en una fase de relativo desgaste.

Esto se agravó aún más a partir de la temporada 16 aproximadamente. Historias sumamente forzadas, chistes sin gracia y falta de chispa se volvieron una especie de sello distintivo de los episodios.

Incluso llegó lo que jamás pensé que algún día ocurriría: opté por dejar de verlos, y no sólo porque ya me parecían sumamente aburridos, sino que además porque, honestamente, sentía vergüenza ver la pésima calidad de los “chistes”.

Con el objetivo de mostrar mi radiografía de la debacle en la que progresivamente cayó esta serie, es que a continuación expongo mis razones de por qué Los Simpson dejaron de ser lo que en algún momento fueron: la serie animada más divertida de la televisión.

El problema de los personajes secundarios

Una de los puntos fuertes de la serie era que su universo estaba compuesto por innumerables y divertidos personajes secundarios, los que podían ser un verdadero aporte en el desarrollo de las historias.

Ejemplos hay muchos, pero sólo por nombrar algunos podemos recordar al Jefe Górgory, el inepto y flojo policía que representaba todo lo que un agente de seguridad NO debía ser. Pero lo que no tenía en aptitudes para su puesto, le sobraba en gracia y simpatía.

Aunque como él, había muchos otros que se convirtieron en favoritos por parte de la audiencia a pesar de no ser protagonistas en sí. Barney Gómez, Martin Prince y el abogado Lionel Hutz (mi preferido) son otros ejemplos de excelentes personajes que potenciaban a la serie.

Lamentablemente los secundarios comenzaron a perder gracia, y se convirtieron en simples excusas para meter forzadamente chistes. Además introdujeron, y explotaron, a personajes que quizás funcionaban bien como chistes cortos pero que no daban el ancho como para protagonizar un capítulo entero.

¿Un ejemplo? La Loca de los Gatos. Verla un par de veces estaba bien, pero dedicarle un episodio completo creo que fue mucho. También está el caso de Gil Gunderson, el eterno cesante que por alguna razón fue cobrando mayor relevancia.

Siempre pensé que Lionel Hutz merecía un espacio mayor en la serie. Lamentablemente, tras el asesinato del actor que prestaba su voz original en inglés, los productores decidieron sacarlo en 1998 como homenaje.

¿Qué le hicieron a los Especiales de Noche de Brujas?

Los Simpsons tenían el poder de jugar con el “Qué hubiese pasado si…” a través de los especiales de Noche de Brujas, los que además de dar mayor libertad a los productores de salir de sus límites creativos, tenían la gracia de no influir en la secuencia temporal de la serie.

Esto permitía que, por ejemplo, uno o varios personajes podían morir, de las maneras más escabrosas, sin que esto repercutiera en los capítulos normales.

Otro punto que me gustaba bastante de estos especiales es que en algunas ocasiones verdaderamente me producían un efecto de impacto. Desde el tipo de animación (que eran más exageradas) hasta las historias que se generaban, tenía detalles que las convertían en verdaderos “especiales”.

Pero con el paso del tiempo se transformaron en más de lo mismo, perdieron el sello que tenía ya que tal como ocurrió con los episodios normales, no tenían mucho más que ofrecer.

Estos episodios son los más complejos de hacer para los guionistas, básicamente debido a que necesitan producir tres historias, una apertura y un hilo conductor (en los primeros episodios), encajando todo esto en 20 minutos.

Incluso, durante la cuarta temporada los productores ejecutivos Al Jean y Mike Reiss perdieron el entusiasmo por los especiales de Halloween y pensaron seriamente en eliminarlos. Finalmente los guionistas los convencieron de no hacerlo.

Cambio en el doblaje

Este es un punto en el que los creadores de la serie no tienen responsabilidad, al menos no en un 100%, aunque de igual manera influye de manera notoria: el cambio en las voces.

En el caso de Homero la diferencia es enorme, y en otros ejemplos el asunto se vuelve honestamente insoportable. La voz actual de Lisa es muy chillona, mientras que la eliminación de otras veces que se habían vuelto parte esencial de la serie, como la Ned Flanders, fue un duro golpe.

Un conflicto con los actores de doblaje latino hizo que estos últimos iniciaran una huelga en 2005. El conflicto no pudo resolverse a tiempo para el doblaje de la temporada 16 de la serie, por lo que Fox dio la orden que se hiciera básicamente con los actores que alcanzaran a hacerlo, despidiendo a la mayoría de los originales.

Como resultado, desde entonces la serie está llena de voces que buscan emular las anteriores aunque con resultados desastrosos.

Gags del sofá excesivamente largos

Los gags del sofá, que introducen a cada capítulo, eran famososo por su agilidad y gracia. Generalmente no duraban más de algunos segundos, lo que estaba bien ya que no eran más que eso: gags de introducción.

Pero algo pasó con el paso de los años que hizo que tomaran una relevancia mayor, como si fuesen parte del capítulo en si mismo.

Como resultado, ahora siento que los gags son una verdadera lata, y las veces que me animo a ver un episodio nuevo, sólo espero que esta introducción no se alargue demasiado.

Antes era para jóvenes, hoy es demasiado infantil

En sus inicios, Los Simpsons era una serie dirigida para un público joven-adulto. Basado en un humor políticamente incorrecto, tenían la gracia de abarcar tópicos de la vida real y plantearlos de una manera divertida y punzante.

Hoy en día se trata de una serie que está enfocada a un público más infantil, lo que si bien no tiene nada de malo, hace que su esencia sea otra, totalmente diferente.

Muchos dicen que la llegada de otras series, como Padre de Familia, hizo que Los Simpson perdieran muchos seguidores.

Series como la recién nombrada, junto a South Park, Los Reyes de la Colina y algunas otras, fueron más allá que Los Simpson en cuanto al humor políticamente incorrecto, cada uno con diferente éxito.

Pero Los Simpson se estancaron, es como si no se hubiesen atrevido a dar el paso cuando verdaderamente debían hacerlo.

Chistes cortos pero inteligentes, ahora son largos y aburridos

Como mencioné en algún punto anterior, Los Simpson tenía un ritmo basado en los chistes cortos. Uno no terminaba de reírse de alguna frase de Homero cuando rápidamente entraba en acción Bart y volvían a sacarnos carcajadas.

Y si no era eso, el mismo personaje podía protagonizar una serie de tontas acciones que remataban con un final que sorprendía. Revisemos el siguiente ejemplo.

Desafortunadamente todo esto cambió, porque posteriormente vimos como la serie se fue llenando de “chistes” alargados que más encima carecían de toda gracia (tal como lo prueba este video).

Es como si los guionistas hubiesen perdido completamente el ánimo y deseo por superarse y escribir mejores chistes. Da la impresión que la dinámica ya estuviese agotada.

Evolución de Homero: hoy es un completo idiota

En un comienzo Homero Simpson era un personaje que si bien no destacaba por su inteligencia, presentaba un alto grado de conciencia respecto a sus actos. A pesar de ser algo “lento”, nunca su intención fue la de lastimar a los demás.

Pero con el paso de las temporadas, su “idiotizaciión” fue extrema, dejando como resultado a una persona insensible, gritona y tan tonta que se hizo sumamente complejo empatizar con él.

De hecho, Homero reflejaba los problemas que muchos padres de familia en la realidad enfrentaba, lo que sumado a su buen corazón, hacía imposible no encariñarse con él. Pero actualmente es tan idiota que me resulta sumamente difícil sentir gracia por él.

Porque aún cuando Homero podía tener las peores ideas, siempre terminaba demostrando que era una buena persona.

Un ejemplo de lo anterior es cuando diseñó el nuevo automóvil de la compañía de su hermano Herbert Powell, el Homeromóvil, vehículo que terminaría siendo un fracaso, al punto que no sólo hizo quebrar a Herbert sino que además lo dejó en la calle.

Ruptura total con la audiencia

Este argumento lo aporta un canal de Youtube, y si bien no creo que haya sido mi caso, encuentro que es un punto sumamente interesante.

El tema de cuándo fue el momento en que comenzó el declive en la serie ha sido tratado recientemente por el portal Entertain The Elk, el que se dedica a hacer reviews y análisis de cine y televisión.

En un video difundido en febrero pasado, explican que hay un capítulo que marcó un quiebre en la historia, y que cambió la forma en que los seguidores percibían la serie.

Se trata del segundo episodio de la novena temporada llamado “The Principal And The Pauper” (“Vida Prestada”, en español), el que fue emitido originalmente en septiembre de 1997.

En este se revela que el director Seymour Skinner en realidad es un impostor, cuyo verdadero nombre es Armando Barreda. Este detalle, que se dejó como parte del resto de la historia, no gustó a los fanáticos, debido a que Skinner era precisamente uno de los personajes recurrentes de la serie.

Incluso, Matt Groening y Harry Shearer -creador de la serie y actor que prestaba la voz original de Skinner, respectivamente- se mostraron críticos con este capítulo.

“Esto está muy mal. Estás tomando algo que la audiencia ha construido por ocho o nueve años y lo lanzas a la basura sin ninguna razón. Es un insulto para la audiencia, básicamente castigar al público por poner atención”, comentó Shearer.

Según indica Entertain The Elk, esto significó una pérdida de perspectiva de parte de los guionistas respecto a lo que la audiencia quería de Los Simpson. Nunca se volvió a tocar el tema, por lo que sencillamente el Skinner que vemos actualmente no es quien realmente se supone que debía ser.

El video puedes verlo a continuación, aunque está en inglés y sin subtítulos.