El director de Presupuestos, Sergio Granados, encabezó la presentación del Informe de Finanzas Públicas. En la instancia, en compañía del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, se dio a conocer que de mantenerse los supuestos macroeconómicos, a partir de 2018 habrá que reducir los gastos comprometidos, es decir, aquellas iniciativas de carácter permanente en el tiempo.

A pesar de ello, Granados enfatizó en la exposición del Informe de Finanzas Públicas, que el erario “hace un esfuerzo” por contener la expansión del gasto.

El presupuesto 2017 contempla un aumento del déficit fiscal del 3,3% y estipula solicitar un mayor endeudamiento por 11 mil 500 millones de dólares, de tal forma, la deuda bruta del Estado ascenderá hasta el 25,2% del PIB.

Ante ello, el senador de RN, José García Ruminot, enfatizó en la “carga” que entregará la actual administración a quien suceda a Michelle Bachelet en La Moneda a partir de 2018.

Si en 2010 y 2011 el 20% de los ingresos del fisco eran mineros, hoy día equivalen a 1,5%. Esta realidad se ha compensado parcialmente debido a los ingresos tributarios no mineros, que han crecido y permiten mantener ingresos sobre 21% del PIB.

A pesar del consenso que al interior del oficialismo pareciera aunar los planteamientos del Presupuesto 2017, el diputado DC, Pablo Lorenzini, criticó en duros términos su elaboración.

Bajo el actual escenario económico, el gasto estipulado a largo plazo no es sustentable, según se desprende de las declaraciones de Granados. Por tanto, si no hay ingresos, la opción que quedaría es seguir aumentando la deuda pública, que se duplicó en los últimos cinco años.