César Hidalgo, director chileno del laboratorio Macro Connections del MIT Media LAB, y sus compatriotas y colegas Cristian Candia-Castro y Cristián Jara, se propusieron responder una pregunta para nada fácil, y que de lejos suena esotérica: ¿Cuántas personalidades famosas, exponentes de la cultura pop, fallecerán en este 2017 que recién comienza?

Desde la ciencia, amparados en cálculos, algoritmos y razonamiento matemático, se dieron la tarea de resolver el desafío y parte de sus conclusiones se leen en la edición de hoy de El Mercurio.  Pero, ¿cómo lo hicieron? Gracias a una técnica llamada “procesamiento del lenguaje natural”, que aquí Hidalgo explica:

Creamos un algoritmo y lo mandamos a ‘leer’ la Wikipedia en un montón de lenguajes. De esta forma identificamos a personas que tenían una fama global y no sólo local, como es la que tiene, por ejemplo, un jugador de fútbol americano“.

Motivados por los fallecimientos célebres que ocurrieron en 2016 (David Bowie, George Michael, Juan Gabriel, Humberto Eco, sólo por nombrar cuatro), con los datos recopilados entablaron una correlación entre los famosos que fallecían cada año y la población mundial.

Aquí la primera conclusión del estudio: el número de muertos famosos aumenta cada año y se explica en el avance y evolución de los medios de comunicación. “Antes de la invención de la imprenta eran famosos políticos y religiosos, o sea, sino eras rey o profeta, estabas sonado“, dijo Hidalgo.

Otra conclusión entonces: si mueren más famosos hoy es porque más personas lo son. Según los datos del estudio, en 2016 había 29.421 famosos, y deberían haber fallecido 191, número que en superó en 10 al estimado por el mismo: 181. Lo curioso es que en 2015 fallecieron 14 famosos más que en 2016, aunque la sensación fue inversa.

Para 2017, los científicos calculan que habrá 197 decesos célebres, pero considerando las variables y el “intérvalo de confianza”, se estima que el número fluctuaría entre los 183 y 211.

La ciencia nos ayuda a aceptar nuestra ignorancia y nos muestra el valor de la evidencia. Lamentablemente, en la sociedad no siempre valoramos la evidencia y aceptamos la ignorancia. Para poder comunicar el valor de la ciencia es crucial que los académicos también mostremos su utilidad en preguntas que están ‘en el aire’“, contó Hidalgo sobre la razón de este estudio.