Los niños están marcando el Festival de Cannes, pero si hasta ahora las películas proyectadas ensalzaban su espíritu combativo o su vulnerabilidad, este lunes “The Killing of a Sacred Deer” y “Happy End” mostraron un lado diabólico.

De la mano de la pareja cinematográfica de la muestra, Nicole Kidman y Colin Farrell, la despiadada trama de horror de “The Killing of a Sacred Deer”, del griego Yorgos Lanthimos (“Langosta”), atrapó al público de la Croisette, que contuvo el aliento de principio a fin.

La tensión psicológica, reforzada por una música chirriante digna de una película de Hitchcock, llevó incluso a algunos espectadores a abandonar la sala.

"The Killing of a Sacred Deer"
“The Killing of a Sacred Deer”

Kidman y Farrell, protagonistas también de una segunda película en liza, “La seducción”, de Sofia Coppola, encarnan a un rico matrimonio de médicos que junto a sus dos hijos forman una familia feliz. Pero su vida deriva en una pesadilla cuando el hijo de un paciente que Farrell no pudo salvar en el quirófano irrumpe buscando venganza.

El adolescente es interpretado por el actor irlandés Barry Keoghan, frío, despiadado y maléfico, y cuya sola presencia en escena incomoda al espectador. “Mis hijos no verán esta película”, dijo entre risas Kidman, tras la proyección.

La seducción
La seducción

– Impulsos asesinos –

Otro cineasta europeo, el austriaco Michael Haneke también convierte a la pequeña Eve (Fantine Harduin), en una auténtica diablesa de 13 años en “Happy End”, un drama en torno a una familia burguesa afincada en el norte de Francia y confrontada a la muerte.

Traumatizada por la separación de sus padres, Eve incuba tendencias suicidas y asesinas, un personaje que sin duda recuerda a los niños de “La cinta blanca”, con la que Haneke se alzó con la primera de sus dos Palmas de Oro, en la que unos jóvenes maltratados acaban desarrollando una violencia cruel.

Happy End
Happy End

Las primeras reacciones de la crítica colocaron al filme de Lanthimos entre los favoritos al máximo galardón y alabaron el trabajo de Kidman como “uno de sus mejores en años“, según la revista especializada Screen. “Happy End” dividió mucho más, entre quienes tacharon la cinta de “lo mejor de Haneke” o de “trabajo menor”.

Por ahora, la favorita de los críticos -si bien muy a menudo no anticipan el veredicto del jurado-, es “Loveless“, del ruso Andrei Zvyaguintsev (“Leviatán”), sobre la insoportable vida de un niño de 12 años, Aliocha (Matvey Novikov), cuyos padres no se quieren ni lo quieren a él.

Pequeños héroes

Otras dos películas proyectadas hasta ahora en la competición oficial del mayor festival del mundo tienen a niños como protagonistas: La primera es “Wonderstruck“, del estadounidense Todd Haynes, una fábula sobre dos niños solos y sordos que en épocas distintas parten a Nueva York en busca de uno de sus progenitores. Uno de ellos es interpretado por Millicent Simmonds, una actriz con esa minusvalía.

La segunda cinta es “Okja“, del surcoreano Bong Joon-Ho y producida por Netflix, cuya decisión de no exhibirla en las salas de cine francesas abrió un polémico debate en el festival. Pese a ello, la historia de la joven Mija (Seo-Hyun Ahn), que se desvive por salvar a un fabuloso animal de una multinacional que intenta capturarlo, fue aplaudida al término de su proyección.

En total, 19 películas compiten en esta 70ª edición del Festival de Cannes, cuyo jurado presidido por el cineasta español Pedro Almodóvar anunciará el palmarés el próximo domingo. La cinta de Coppola será presentada el miércoles y al día siguiente será el turno de otra de las más esperadas, “Good Time”, de los hermanos Benny y Josh Safdie, cineastas independientes de Nueva York.

Okja
Okja