A solicitud de la Fiscalía, fue ampliada la investigación por estafa que involucra a la compañía Euroamérica, teniendo como argumento diligencias pendientes, en un caso donde inversores perdieron 250 millones de pesos.

La causa fue abierta hace ya 4 años, luego que una media docena de personas denunciara la pérdida de sus dineros, hecho por el cual está formalizado el ex ejecutivo de la compañía Ricardo Felipe Vergara Rojas, quien enfrenta cargos por estafa reiterada.

Tras una breve audiencia en el Juzgado de Garantía de Concepción, el tribunal extendió en 60 días el plazo de investigación, solicitud que se basó en nuevos antecedentes allegados a la causa y que tienen que ver con la eventual responsabilidad de la propia Euroamérica en el delito indagado.

“Existe una sanción formal de la Superintendencia (de Valores) a EuroAmérica, por las malas prácticas en que incurrieron con respecto de estas personas, en el manejo de sus dineros”, lo que da origen a las diligencias pedidas por la propia defensa y da pie a la ampliación del plazo, indicó el abogado querellante, Mauricio Schwartz.

Por eso es que los querellantes no descartan que representantes de EuroAmérica pudieran ser también formalizados en este proceso, donde el ex ejecutivo aparece apropiándose ilegalmente de millonarios fondos, en un modus operandi que explican los querellantes.

El abogado Andrés Durán detalló que se trató de “operaciones, que consistían en compras y ventas inmediatas, sin esperar los plazos y, en algunas oportunidades, sin autorización. Incluso existen, según el peritaje caligráfico de Investigaciones, firmas falsas”.

Una de las víctimas, Gastón Castro, llegó a la audiencia, dando cuenta de los perjuicios sufridos, que no han sido sólo económicos, ya que asegura le afecta en cuadros de estrés y problemas en su sistema nervioso. “Logré ahorrar 73,5 millones de pesos, que llevé a EuroAmérica, pretendiendo lograr así una jubilación”, detalló.

Al inicio de la investigación, en 2013, EuroAmérica desmintió las acusaciones y aseguró que dineros, como los de Gastón Castro, se perdieron por operaciones que los mismos clientes instruyeron, descartando cualquier irregularidad.