Representantes del Gobierno, el parlamento y la sociedad civil debatieron los resultados del informe “Bitácora Social II”, elaborado por investigadores de la Universidad Autónoma de Chile con el objeto de identificar las percepciones y posiciones de los chilenos sobre la presencia y convivencia con extranjeros migrantes.

En el marco de la jornada “¿Aceptación o discriminación en Chile?” organizada por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, el diputado y miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja, Jaime Bellolio, sostuvo que “la legislación en esta materia expresa una mezcla de criterios selectivos y restrictivos. Debemos avanzar hacia una lógica de fronteras abiertas con cierta selectividad”, subrayó.

Como ejemplo, precisó que “para regularizar su situación las personas indocumentadas deben tener un contrato de trabajo y en esas condiciones es muy complejo, de modo que termina generándose un círculo vicioso difícil de romper”. El parlamentario recordó que en 2012 se envió al Congreso un proyecto de Ley “que ha estado detenido desde entonces”.

Por su parte, el jefe del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, señaló que “la primera norma es de 1817 y prohíbe el ingreso de europeos no españoles al territorio chileno. Esta tradición está condenada a la desconfianza, al recelo y al miedo”.

La modificación más reciente data de cerca de 40 años. “Es la más antigua del continente, y concebida a partir de la lógica de la seguridad nacional”.

Al analizar las dispares cifras de aceptación de los chilenos hacia los migrantes según el país de origen o el nivel socioeconómico, acotó que no solo reformar la ley es suficiente.

En esa misma línea, el representante de la Asociación de Inmigrantes por la Integración Latinoamericana y el Caribe, Manuel Hidalgo, dijo que “el punto es ver qué está pasando en una sociedad que en los últimos 20 años ha acogido a un tipo distinto de inmigrantes; mayoritariamente de América latina y el Caribe”.

“Los países no necesariamente cambian cuando se modifica una ley; ésta solo tiene sentido cuando refleja un nuevo sentido común en la sociedad”, puntualizó. “Y ese necesario cambio cultural requiere de un verdadero remezón”.

Aunque comparadas con indicadores más antiguos son positivas, a su juicio “las cifras que arroja este análisis en cuanto a discriminación son preocupantes y revelan el poco avance en el aspecto cultural”.

La investigación fue desarrollada por la Dra. Andrea Avaria y el Dr. José Hernández, bajo el alero de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades.

De poco más de 700 encuestas aplicadas, entre sus principales resultados destacan que casi un 50% prefiere que el país reciba inmigrantes de Siria o Alemania, y apenas el 16% de Colombia, China, Ecuador, Perú o Bolivia.

En cuanto a la imagen que los chilenos tienen de los extranjeros, el 84% dijo tener una buena o muy buena percepción de los brasileños y 76% de los alemanes. En el otro extremo están Bolivia y Perú, con 30 y 34% respectivamente.

El Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chile, Rodrigo Ubilla, precisó que “nos interesa que los alumnos conozcan lo que sucede en el país en esta materia; si aceptamos o discriminamos a los inmigrantes”.

“Como universidad interesada en vincularse con el medio e influir en el debate de los grandes temas, es fundamental abordar esta problemática y ponerla sobre la mesa. Esa es nuestra misión como institución de educación superior”.