Una vez elegida la Reina del Festival de Viña del Mar, el interés del público y los medios festivaleros se concentra en el famoso “piscinazo”.

Como es tradición, la soberana del certamen, elegida por la prensa acreditada en una actividad organizada por el diario La Cuarta, debe lanzarse a la piscina del Hotel O’Higgins ante una decena de cámaras.

Ese momento concentra la atención, pues todos quieren saber qué usará la reina. Aunque tradicionalmente sólo se ponían un bikini llamativo y sexy, en los últimos años las elegidas han sido cada vez más audaces e incluso algunas han prescindido del traje de baño.

Ese es el caso de la actriz Sigrid Alegría, quien se lanzó a la piscina con el cuerpo pintado; o de Jhendelyn Nuñez, que usó parches de cristales en zonas estratégicas de su anatomía. Algo similar hizo la modelo Andrea Dellacasa.

Pero, ¿qué hará la nueva reina para no decepcionar al público? La propia Nicole “Luli” Moreno dijo, antes de ser elegida, que su piscinazo sorprendería.

Ella indicó a Publimetro que como ya se había usado “cuerpos pintados, conchero, traje de baño”, ella haría totalmente distinto. “Va a marcar un hito”, sentenció.

“No voy a ocupar bikini, tampoco telas, no será necesario”, enfatizó en la oportunidad.

Aunque esas eran las únicas pistas qué se tenían al comienzo, luego fue Francisca Merino la que dio más “luces” en torno a de qué podría tratarse.

Esta semana el generalìsimo de Luli, Juan Pablo Queraltó, indicaba en el matinal Bienvenidos que el piscinazo de su candidata sería “de alto impacto”, mientras Martín Cárcamo agregaba que sería “sin tela, sin pintura, y sin piedrecillas”.

En medio de la discusión, Merino fue la que dio el mayor adelanto. La actriz indicó que Nicole tenía que tener cuidado porque “se podía electrocutar”, dando así a entender que podría tratarse de un traje de luces o algo similar. “La Pancha metió la Pata”, exclamó Scarleth Cárdenas, mientras el resto del equipo miraba a Francisca con cara de “la embarraste”.

Ahora, sólo queda esperar hasta el sábado, cuando a eso del mediodía Luli llegue hasta la piscina del hotel O’Higgins a deleitar al público y la prensa con su “chapuzón”.