El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró este sábado la adopción de un acuerdo “fuerte” en París, que posiblemente marcará un “punto de inflexión” en la lucha contra el cambio climático.

“El acuerdo en París no resuelve el problema, pero establece el marco sostenible que el mundo necesita para resolver la crisis climática”, dijo Obama en la Casa Blanca.

“Crea el mecanismo y la arquitectura para afrontar este desafío de manera eficaz”, añadió.

“Además, este acuerdo es una señal fuerte para decir que el mundo está decididamente inclinado hacia un futuro con bajo carbono“, dijo. Y consideró que esto debería estimular las inversiones y la innovación en las energías limpias “a un ritmo sin precedentes”.

Este sábado en París 195 países aprobaron un histórico acuerdo mundial contra el cambio climático, que une por primera vez en esa lucha a países ricos y en desarrollo.

“Estoy convencido de que este momento puede marcar un punto de inflexión para el mundo”, expresó el mandatario, aunque admitió que el camino no será fácil.

Obama recordó que la crisis climática fue una de sus prioridades desde que llegó al gobierno en 2009 y estimó que su país es “líder” en la lucha contra el cambio climático.

Además, agradeció a los países “grandes o pequeños, desarrollados o en vías de desarrollo, por haber trabajado juntos para afrontar una amenaza que concierne a todos”.

“Juntos, hemos mostrado lo que es posible hacer cuando el mundo está unido”, concluyó Obama.

El Acuerdo de París reemplazará a partir de 2020 al actual Protocolo de Kioto.

El texto, de 31 páginas en inglés (40 en castellano), vincula la suerte de las grandes potencias emisoras de gases de efecto invernadero, como Estados Unidos y China, a la de las pequeñas islas del Pacífico amenazadas por la subida del nivel de los océanos.

Los países industrializados, responsables históricos del problema, deberán ayudar financieramente a los países en desarrollo.