La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este sábado el fin de la epidemia de ébola en Sierra Leona, donde el virus causó la muerte de cerca de 4.000 personas.

Esa epidemia, la más grave desde que se identificó el virus en el centro de África en 1976, causó más de 11.300 muertos entre los casi 29.000 casos registrados en varios países, un balance que podría ser inferior a la realidad, según la propia OMS. 

Las víctimas se concentran en un 99% en tres países limítrofes: Guinea, desde donde se extendió el brote en diciembre de 2013, Liberia y Sierra Leona.  

Un país se considera exento de ébola cuando transcurren dos periodos de 21 días -la duración máxima de la incubación del virus- sin que se registre ningún nuevo caso.  

Pero los expertos recuerdan que el riesgo persiste más allá de esos 42 días porque el virus puede seguir presente en algunos fluidos corporales, en particular el esperma, donde puede sobrevivir hasta nueve meses.