El gigante chino de las telecomunicaciones Huawei comenzará a vender sus teléfonos inteligentes en Cuba, tras la firma de un acuerdo con el monopolio estatal cubano del sector Etecsa, informó este viernes un medio local.

El pacto, suscrito en el marco de la Feria Internacional de La Habana, permitirá a Etecsa “adquirir esos equipos de manera segura y con garantías”, dijo el director de ventas de Huawei en la isla, Javier Villariño, citado por medios locales.

El acuerdo incluye la venta de partes y piezas y la capacitación de los técnicos de Etecsa, añadió Villariño.

Destacó que durante sus casi tres lustros de presencia en la isla, el fabricante chino “ha desarrollado importantes proyectos relacionados con las Tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC)”

Fundada en 1987 por el exingeniero del ejercito chino Ren Zhengfei, Huawei se ha convertido en el número dos mundial de equipamientos en telecomunicaciones, y ocupa la tercera posición global en ventas de smartphones, detrás de Samsung y Apple.

Etecsa vende desde hace algunos años varios modelos de teléfonos móviles, fundamentalmente de la marca francesa Alcatel, pero miles de los aparatos que se usan en la isla, algunos de última generación, fueron enviados desde el exterior por familiares y amigos.

La venta, desbloqueo y reparación de esos equipos se ha convertido en un próspero negocio privado, al calor de las reformas económicas de Raúl Castro.

Cuba, con 11,1 millones de habitantes, tiene de las más bajas coberturas de telefonía celular (unos tres millones de aparatos) e internet de América Latina.

En la feria, que abrió sus puertas el lunes, participan 40 empresas chinas, principalmente de las áreas de la industria automovilística, maquinaria industrial y de construcción, electrodomésticos, y artículos de ferretería.

China es el segundo socio económico de Cuba, con un intercambio comercial de 1.636 millones de dólares en 2014, según cifras oficiales cubanas, y una importante fuente crediticia para la isla, que aún no tiene acceso a los organismos internacionales como el Banco Mundial y sus operaciones están muy afectadas por el embargo que mantiene Estados Unidos, desde 1962.