“Este no es un proyecto sobre sexo. Se trata de lo humano, de la persona que existe detrás de un puesto de trabajo, un trabajo como cualquier otro”.

Así es como define Katia Repina su proyecto fotográfico inconcluso, que retrata la vida detrás de cámara de una estrella del cine porno español.

La protagonista de la historia se llama Marta, de 25 años, quien inspiró Llámame Marta, donde se muestra lo que ocurre cuando se apagan las cámaras en la industria de contenido para adultos.

“Marta no es una víctima de las circunstancias. Ella no tiene un hijo pequeño que alimentar ni proviene de la pobreza extrema. Su trabajo -ser una actriz porno- es algo que elige libremente”, explica Repina al Daily Mail.

La profesional comentó que conoció a la joven en 2013, cuando hacía un trabajo aparte acerca de la industria del porno. Fue ahí donde la sinceridad y simpatía de Marta le llamó la atención, por lo que se acercó y se hizo su amiga.

Fue justo en el año en que ambas se conocieron, que Marta ingresó al porno por decisión personal. “Normalmente uno cree que la gente en el porno provienen de familias rotas, con un padre que es alcohólico, pero este no es el caso con ella. No tiene la historia que se ve en las películas”, añadió la fotógrafa.

Así, desde 2013 comenzó el trabajo y recolección de fotos de la actriz, quien era menos tímida en el set de grabación. Posteriormente y con mayor confianza, fue abriéndose a aceptar fotografías en su vida diaria. “Allí ella se sentía más cómoda. Me llevó más tiempo lograr que me permita entrar a su vida personal”, explicó.

“Fue más difícil y más interesante para mí saber quién es, de dónde viene Marta”, relató Repina, quien ha sido invitada a sus sesiones en el gimnasio, a compartir con sus amigos, e incluso paseando a su perro.

Según se reveló, cuando Marta contó a sus padres su trabajo, hubo un rechazo total. Pero al mes, se reconciliaron aunque nunca aprobando su actividad. “Fue un shock. Luego fue algo así como ‘no nos gusta, no lo aceptamos, pero te amamos de todos modos’”, detalló.

En 2013, Marta ingresó al gimnasio por competencias de fitness, sin embargo no se sentía muy femenina. Así, se operó el busto, notando la atracción de los hombres.

Con ello, se le presentó la oportunidad de ingresar a la industria del porno, en una España afectada con un gran desempleo. La tomó, y desde entonces no se ha arrepentido.

Actualmente tiene una relación normal con sus padres e incluso pareja, con quien convive sin problemas.


Revisa parte de la imágenes del proyecto, que puedes revisar en este link.

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