El intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, y la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, visitaron la Iglesia San Francisco este miércoles con el fin de constatar los daños que sufrió ese Monumento Histórico Nacional luego de que fuera atacado con una bomba incendiaria en sus puertas, el lunes pasado.

Durante la actividad, las autoridades se reunieron con el padre superior del templo, Manuel Alvarado; con el párroco, Francisco Lastra y con la restauradora del Museo San Francisco, Fanny Canessa, con la idea de evaluar nuevas estrategias de seguridad para esa emblemática edificación, además de buscar formas de financiamiento para reparar sus puertas de más de 400 años de antigüedad.

El ataque se concretó en el marco de la marcha por los derechos de los pueblos indígenas realizada el pasado 12 de octubre. El autor del atentado es un estudiante de historia de 20 años de edad que se encuentra en prisión preventiva luego de ser formalizado por los delitos de porte ilegal de armas y de daño a Monumento Nacional.

Durante la manifestación, además, se registraron diversos daños en la Alameda: 700 rayados, 220 pegatinas, cuatro semáforos destruidos, diez señaléticas de tránsito arrancadas y 15 paraderos del Transantiago vandalizados. También fue atacada con grafitis la sede del Colegio de Arquitectos, y un edificio patrimonial del arquitecto Luciano Kulczewski que había sido entregado, tras una remodelación, cinco días antes.

“Existe una falta de apego por lo que es nuestra identidad, debemos aprender que el patrimonio es propiedad de todo el pueblo de Chile. Vamos a apoyar a las autoridades de la iglesia para la recuperación de la puerta, a buscar financiamiento, evaluar los daños y restaurar. Hay un tema de fondo que debemos tomar en serio, que las organizaciones que convocan las manifestaciones se hagan parte y realicen un llamado y tengan una firme posición de que las manifestaciones no se pueden prestar para esto. No debemos tolerar como normal que unos pocos destruyan los bienes de todos”, advirtió la alcaldesa Tohá.

La jefa comunal recordó que el municipio de Santiago tiene un contrato de limpieza de la Alameda, Matucana y avenida Matta para quitar rayados y afiches, tiene un costo de cerca de 500 millones anuales.

El intendente Orrego, en tanto, fue enfático en asegurar que, “no hay derecho a que unos vándalos, con la excusa de expresarse libremente, atenten contra aquello que les pertenece a todos los chilenos y también a todos los santiaguinos. Nosotros vamos a perseguir con todo el rigor de la ley a quienes crean que pueden atentar contra un patrimonio de todos”.